Redacción
El bailarín colombiano Fernando Montaño, del Royal Ballet de Londres, es la imagen de la campaña de su compatriota y diseñador de modas, Edwing D'Angelo, quien busca expandir su firma desde Nueva York a nivel internacional y ampliar la línea de productos.
"Él es de Buenaventura, como yo, y es la imagen de esta nueva campaña, que trata de utilizar temas relacionados con la cultura para la firma Edwing D'Angelo. El ballet es el baile más estético y de prestigio, y por eso lo usamos para mostrar la versatilidad de la línea", dijo a Efe el modisto.
Para esta campaña, grabaron en Nueva York un vídeo en el que Montaño aparece entrando en puntillas al metro de la ciudad y continúa bailando mientras recorre varios lugares de la Gran Manzana, como el centenario e icónico puente de Brooklyn, luciendo piezas diseñadas por su compatriota, que también diseña para la mujer.
"Estuvo sólo cinco días en Nueva York y aprovechamos para hacer este proyecto" a principios de agosto, indicó el creador, que aseguró que fue una experiencia divertida, a pesar de que filmaron de madrugada la escena del tren en la comunidad de Inwood, y que llovía cuando realizaron la de Hoboken (Nueva Jersey) en la que Montaño baila con la ciudad de Manhattan de fondo.
El mundo de la moda no es ajeno al bailarín colombiano, quien mantiene una estrecha amistad con la diseñadora británica Vivienne Westwood, considerada la principal responsable de la estética asociada con el punk y el New Wave, quien además de ser su amiga le asesora, y para la cual Montaño realizó la coreografía para una pasarela.
El vídeo para D'Angelo estuvo a cargo de Devon Talbert, que ha hecho proyectos para las firmas Nike y Victoria's Secret, destacó el diseñador, que agregó que la campaña "es parte de la nueva presentación que le queremos hacer a la compañía" y que incluye el rediseño de su página web.
Para hacer realidad sus proyectos, se asoció con la firma del economista Neil Lowe, que se hará cargo de la estrategia de ventas y distribución de la marca, y entre los planes figura además retornar al SoHo con su propia boutique con miras a atraer al comprador casual.
D'Angelo comparte un espacio con otros diseñadores de ropa y joyas en lo que antiguamente fue una iglesia, convertida ahora en un pequeño centro comercial en Midtown, Manhattan, desde donde atiende en exclusiva a sus clientes particulares.
"Ha llegado el momento de llevar la empresa a otro nivel. Estudié administración de empresas y siempre supe que para manejar la parte de negocios tenía que separarme de la parte de la creatividad y dedicarme a la producción, o hacerme cargo de la creatividad y delegar lo otro", indicó.
El diseñador, que a los 14 años llegó a Nueva York, donde ya estaban sus padres, explicó además que, como parte del crecimiento profesional que busca, ha iniciado los trámites para confeccionar sus diseños en su país natal.
"Estoy aprovechando el Tratado de Libre Comercio que se firmó hace un año con EE.UU. Estamos buscando aliados estratégicos en Colombia para la manufactura de la ropa, los zapatos y carteras que se lanzarán próximamente junto con artículos de decoración para el hogar", explicó con entusiasmo.
"Colombia, un escenario natural para mí por ser de allí, tiene reputación de buenas confecciones, la calidad que necesitamos para alcanzar las metas", indicó D'Angelo, que agregó que aún están en busca del lugar adecuado establecer su centro de confección, que espera tener antes de que concluya el año.
Como parte de esa nueva mirada hacia su país, D'Angelo presentará su nueva colección en septiembre en el consulado de Colombia en Nueva York en una asociación con el diseñador de carteras y marroquinero Mario Hernández y el pintor Vianey, ambos colombianos.
Hernández plasma en sus diseños las pinturas de su compatriota y la nueva colección será mostrada en la pasarela por las modelos que lucirán la ropa de D'Angelo.
Igualmente la agenda incluye abrir cinco boutiques en un periodo de dos años y para ello han elegido como sedes las ciudades de Miami, Atlanta (Georgia) y Houston (Texas), Bogotá y Barcelona (España).
EFE