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Dilma Rousseff: ex guerrillera, ex ministra… presidenta de Brasil

Ex guerrillera, ex ministra... Presidenta

Así es la mujer que reemplazará a Lula y de los interrogantes que su elección plantea.

En el 2002, el tornero Luiz Inácio Lula da Silva llevó a la clase obrera brasileña a algo que para muchos era, sencillamente, impensable: el poder.

Pero ayer, arropado en los éxitos sociales y económicos de su Gobierno, y en su enorme popularidad (81 por ciento), se dio un lujo de proporciones históricas: dejar como su reemplazo no sólo a la persona a la que él eligió a dedo para sucederlo, sino de paso, a la primera Presidenta en los 121 años de historia republicana del gigante suramericano.

Dilma Rousseff, la mujer que gobernará a Brasil hasta el 2014, es una creación de Lula. Hasta hace muy poco, nadie imaginaba que ella, que a sus 62 años jamás había sido candidata a nada, sería abanderada del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en sus primeras elecciones sin Lula, quien no se pudo postular a un tercer mandato por imperativos legales.

Tampoco nadie habría apostado a que esta economista, vinculada en su juventud a las guerrillas -aunque se dice que nunca empuñó un arma-, sería la primera mujer elegida para ocupar un cargo que, en toda la historia democrática de Brasil, estuvo reservado para hombres.

El único que apostó por ella, porfió y finalmente ganó fue el persistente Lula, quien primero le impuso al PT la candidatura de Rousseff, resistida por muchos de sus dirigentes, y luego se volcó en la campaña electoral como si fuera suya.

De nada valieron los argumentos sobre su falta de experiencia electoral, su carácter adusto, sus maneras rudas -que demostró ampliamente cuando fue ministra de Energía y jefa del Gabinete-, así como su casi inexistente carisma y mínima capacidad de respuesta rápida en los debates.

Nada de eso importó, porque Rousseff estaba montada sobre un 'caballo ganador' llamado Lula; y sobre un mensaje de continuidad sin equívocos para millones de brasileños que han sido testigos de cómo durante el Gobierno Lula el número de pobres se redujo en 29 millones de personas, mientras el país crecía a ritmos del 7 por ciento y con la inflación bajo control.

No en vano la principal frase de la campaña de Dilma fue: "Mucho más de Lula, pero con alma y corazón de mujer".

 

Eltiempo

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