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Entrevista a Jorge Idarraga

¿Brevemente, Jorge, cuáles fueron los orígenes del Festival Folclórico del Pacífico?   

Me contó don Hernán Rodríguez, viejo dirigente de Buenaventura que estuvo en la primera junta organizadora, por allá en 1962, que el Festival nació como remate de la procesión de San Buenaventura, que se realiza cada 14 de julio, día de la fundación de la ciudad,  en la Calle Sexta, en la casa de don Manuel Chunga Posso, miembro de una familia de músicos y folcloristas; hacían una verbena y se ponían a bailar currulaos.

Cuando el gran poeta Elcías Marthan Góngora vio esto, por entonces alcalde de Buenaventura, se impresionó y se le ocurrió hacer una fiesta más grande que convocara a todos los pueblos del litoral, para preservar el folclor. El Festival Folclórico ha realizado 30 versiones, de manera intermitente, y es sin duda el evento por excelencia de los bonaverenses.

Su última versión se celebró en 2013. ¿Qué ha pasado desde entonces? 

Como el Festival depende de la convocatoria directa del alcalde y de sus avatares políticos, que en la ciudad suelen ser traumáticos, es muy difícil garantizar su continuidad año tras año, en particular en la segunda mitad del periodo del alcalde.

En todo caso, la intermitencia ha marcado al Festival. Cuando se reanudó en 1989, de la mano de María del Mar Vidal, llevaba 11 años sin realizarse. También es cierto que factores presupuestales y de orden público han influido.

 ¿Usted está liderando un Comité de Amigos del Festival en Buenaventura? ¿Concretamente qué busca este comité?

El objetivo es impulsar un proceso de diálogo entre los sectores público y privado y la sociedad en torno al rescate, conceptualización y proyección del Festival, como eje de la identidad y el marketing cultural de la ciudad. Nuestro accionar no es de orden operativo, sino conceptual y estratégico, pensando en las oportunidades del posconflicto. Y en empoderar a la sociedad en torno al Festival como un patrimonio de todos.

Aquí cabe aclarar que el propósito nuestro es apoyar, sin ninguna pretensión de co-dirigir. Para su tranquilidad de todos, las autoridades de la cultura y hasta la presidenta del Concejo son invitados permanentes al Comité y reciben la misma información que los miembros.

 Ahora, el Comité de Amigos del Festival tiende puentes indispensables. Por ejemplo, en la búsqueda de recursos del sector privado. No vamos a administrar un peso, pero obviamente debe existir un esquema transparente para ayudar a atraer a las empresas.

¿Cómo terminó en esto  del Comité?
 
Lo mío son las fotos y el periodismo. Pero me ha tocado ponerme a convocar porque  nadie más lo hizo. He sido defensor y  publicista a ultranza del Festival. Mis fotos de Buenaventura han mostrado una imagen poderosa de la ciudad y su gente.
 
Ustedes están invitando a un coloquio. ¿De qué se trata?

Sí. No sólo estamos pensando en el Festival, sino en la cultura toda de Buenaventura. Bien visto, tenemos un circuito cultural importante para ofrecerle a la región y al país. Por eso nos hemos propuesto realizar una serie de coloquios, que hemos denominado ‘Identidad y marqueting cultural de Buenaventura’. El primero  será el 30 de marzo, precisamente sobre el tema del Festival, donde esperamos la presencia del alcalde Eliécer Arboleda y del director del Festival Alexander Delgado. Los hemos planeado en el marco de la elaboración del Plan de Desarrollo Distrital, que finaliza el 31 de mayo, pues  queremos  que las reflexiones y las propuestas sean  consignadas allí. 

¿Han pensado cómo integrar al Festival en  postconflicto?

Precisamente, una de las primeras preguntas que nos hicimos fue esta: cuando Buenaventura, en un escenario ideal de postconflicto, deje de generar las noticias que hoy genera, ¿cómo queremos ser percibidos por el país? Y nos parece que la rica cultura que se produce en la ciudad es parte fundamental de la respuesta a esto.

Buenaventura es una potencia cultural, y una ciudad demasiado importante para el país, al menos en términos económicos. 

¿Cómo hacer que el Festival no sea un evento de unos días, sino que involucre procesos culturales y educativos a lo largo del año?
 
Ese es un tema que ha puesto sobre la mesa Andrés Ramírez, gerente de la Fundación de la Sociedad Portuaria. El Festival no puede seguir convocándose tres meses antes, donde sólo se puede actuar con improvisación. Necesita estabilidad y una conceptualización rigurosa.
 
Que pueda actuar durante todo el año, generar procesos en la comunidad. Y que sea el eje de la identidad de la ciudad.

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