Redacción
Luego de que fueron hallados los cadáveres de los dos mineros que estaban atrapados en la mina La Esperanza, en Tasco (Boyacá), las autoridades buscan que el rescate de los cuerpos se haga de la manera más segura para que los socorristas no corran riesgos.
El alcalde de Tasco, Javier Manrique, confirmó que este lunes fueron avistados los cuerpos sin vida de los mineros Alfonso Barrera Peña, de 36 años de edad, y Jhon Freddy Ordóñez, de 30.
El Alcalde explicó que el accidente se causó por el desprendimiento de una roca y que por la inestabilidad del sitio no se puede usar maquinaria, “tienen que hacerlo muy cuidadosamente y de manera manual”.
La labor se hace a unos 20 metros de profundidad y en un radio de unos 4 a 5 metros, “donde el terreno no es estable internamente, entonces se hace con túneles paralelos”.
En grupos de por lo menos seis mineros se turnan durante dos horas para la labor de rescate y no se tiene un estimado del tiempo que tardarán en la recuperación de los cadáveres, precisamente, como lo repitió el alcalde, por la inestabilidad del terreno.
A los familiares de los mineros muertos se les informó la noticia y están siendo asesorados por psicólogos.
Manrique explicó que La Esperanza es una mina semitecnificada, que cuenta con sus permisos y papeles en regla.
También indicó que Tasco obtiene la mayoría de sus ingresos de las minas, “hay unas 500 familias viviendo de esta actividad minera y prácticamente un segundo porcentaje en ganadería”.
En el sitio se desarrolla una reunión entre distintas entidades para planificar la mejor y más segura forma de llegar a los cadáveres y sacarlos lo más rápido posible.