Redacción
En busca de un control efectivo del caracol africano que se extiende por la mitad del departamento, la Universidad del Valle iniciará un estudio para conocer a esta especie invasora.
La Corporación Autónoma Regional del Valle trabajará de la mano con el departamento de Biología de Univalle para levantar una información de línea base sobre el caracol en los tres municipios con mayor afectación.
Los investigadores realizarán trabajo de campo en Buenaventura, Cali y Cartago. La idea es conocer su biología, su distribución potencial y hasta dónde ha ido a parar, dice el biólogo Pablo Flores, de la Cvc.
Aunque en el verano estos moluscos bajan su actividad, el trabajo arrancará en agosto y se extenderá hasta final de año.
Así mismo, se busca con la secretaría de Salud del departamento y el Laboratorio de Microbiología avanzar de manera paralela en un estudio sobre la presencia del angiostrongylus cantonensis, un parásito que tiene como huésped a ratas y ratones.
Se trata del mismo parásito que a través de las heces de los roedores es trasmitido al caracol y de ahí a los seres humanos, y que es el responsable de la meningoencefalitis, explica el biólogo Flores.
Un manejo adecuado
Mientras los estudios buscan una manera de cerrarle el paso el caracol africano, en el Valle hay preocupación porque su presencia ya alcanza 22 de los 42 municipios.
En Buenaventura, uno de los puntos de llegada del molusco, originario de Kenia, Mozambique y Tanzania, la Corporación Autónoma estudia como depredador natural a la Cocorota.
Esta garza endémica del Puerto, de tamaño medio, color gris y pecho blanco, que con su largo pico devora a estos moluscos sin consecuencia aparente, sería una solución. Pero las pesquisas apenas empiezan.
Por ahora, los expertos no cesan en la búsqueda de estos moluscos en lotes baldíos, patios traseros y zonas verdes y su recolección manual con debida protección.
El biólogo Flores dice que hay que tener especial cuidado con los niños que por su curiosidad pueden hacer el traslado de este animal a diferentes zonas y de paso afectar su salud.
Precisamente la Cvc adelanta el control manual de esta especie con apoyo de la comunidad que da aviso para realizar su recolección y manejo, “si la comunidad hace el control debe cogerlos con guantes”.
Solo el año pasado a través de las jornadas de capturas se recolectaron 15 toneladas de caracol. De estas, 11 se lograron en Buenaventura y cuatro en otros municipios.
La situación más problemática, explica el experto de la Cvc, se presenta en las zonas suburbanas de Buenaventura.
“El manejo inadecuado de desechos es lo que facilita su reproducción”, refiere.
No obstante, la preocupación es latente en Cartago, Bugalagrande, Andalucía, Palmira, Candelaria, Jamundí, Dagua, Tuluá, Yumbo, Roldanillo y Cali.
Rapida reproducción
No hay precisión de la llegada del caracol africano a tierras vallecaucanas, pero se estima que hace unos cuatro años se produjo su ingreso al país desde el sur. El puerto de Buenaventura habría sido otra puerta de entrada.
Lo que preocupa a los expertos es su rápida reproducción.
El Achatina Fulica (nombre científico), que alcanza unos 30 centímetro de largo, se reproduce con mucha rapidez si se tiene en cuenta que a los tres meses de edad es sexualmente maduro y además es hermafrodita.
En cada postura este molusco puede depositar entre 100 y 180 huevos. Eso significa que en un año son unos 1.200 huevos que van a parar a jardines o zonas verdes.
Según las autoridades ambientales y de salud, se trata de una las especies invasoras más peligrosas.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, considera al caracol africano como una de las 100 especies de más riesgo del mundo.
En Colombia el ministerio de Salud dio una alerta ante su presencia y notificó a las autoridades regionales sobre los protocolos para su manejo por los riesgos para la salud de las personas.
El Tiempo