Redacción
(la tabla y los informes del articulo son traídos desde Noche y niebla – Panorama de derechos humanos y violencia politica en Colombia, n. 48, Julio-Diciembre 2013)
Mirando el plan estratégico para el desarrollo de Buenaventura, se puede comprender cuales son los barrios donde tendremos vulneración de los derechos humanos. Es la cara fea del “desarrollo”, aterradora por sus niveles de deshumanización. La inversión de sumas fabulosas para transformar el puerto de Buenaventura en un lujoso puerto futuro, a la medida del gran comercio internacional, son vinculadas a las violencias de los paramilitares con sus redes de connivencia y apoyo en el Estado.
Esta consideración se conforma al punto de vista de las organizaciones sociales y comunitarias, víctimas en Buenaventura y en Valle del Cauca y Colombia. Los acontecimientos dolorosos que padecidos están relacionadas con intereses económicos y megaproyectos: enclaves minero-energéticos, obras de infraestructura portuaria, vial, férrea, multimodal, aeroportuario, etc.
Los intereses económicos que generan esta barbarie son conformes a la política económica y social definida por el gobierno en los tres niveles (local, departamental y nacional). Es que, en la promoción del desarrollo económico y de la competitividad territorial, los intereses de los dueños capitalistas y los de la gente de bajo recurso, no coinciden prácticamente en nada.
Los que invierten plata para el desarrollo, quieren ganar más plata y lo hacen dentro del sistema consumista-capitalista dominante, donde los más ricos siguen enriqueciéndose y los más pobres padeciendo. Así que, a leer los planes de desarrollo, considerando la cantidad impresionante de dinero que llegará a Buenaventura, no me sale ninguna confianza. Ni un pesos favorecerá verdaderamente al pueblo. Es seguro que escucharemos hablar de muchos proyectos, con sugestivos nombres, para apoyar a personas ancianas, con discapacidad, desplazadas o a niños pobres… Los que más serán vulnerados en los derechos garantizados por leyes que el mismo gobierno no cumple, recibirán limosnas. Claro, después que un porcentaje se quede en los mismos bolsillos que ya están llenos.
Se lee con gusto una presentación del plan nombrado: “Buenaventura humana y pacífica 2040”, calificando la ciudad destinada a ser: “justa, segura, transparente, educada y competitiva; ciudad-región con cadenas productivas eficientes, donde se aprovecha de manera sostenible su cultura, su ecoturismo, su biodiversidad y su condición portuaria; y sus comunidades armonizan al sonar de las marimbas, el progreso y el desarrollo integral en la cuenca del pacífico”.
Sin necesitad de leer demasiado entre lineas, se puede entender que la ganancia del pueblo será solamente (si las tienen) tocar marimbas.