Redacción
El obispo de buenaventura, Héctor Epalza, ofreció la Catedral para que el monumento de Monseñor Gerardo Valencia Cano sea llevado mientras culminan las obras en el centro del Puerto.
Preocupación entre los fieles de la iglesia Catedral de Buenaventura y diversos sectores de la comunidad ha causado el desplazamiento al cuarto de ‘San Alejo’ del la estatua de Monseñor Gerardo Valencia Cano.
Los constructores de la obra del bulevar del centro, que se viene adelantando en más de 700 metros de la calle segunda, ubicaron en un costado cercano a la antigua estación del ferrocarril la efigie de quien es considerado el más venerado de los obispos que ha tenido el puerto. Algunos le rezan como si fuera un santo.
Al igual que al obispo «rojo», como era llamado el recordado prelado a nivel nacional, por sus ideas de izquierda con el grupo Golconda, también fueron arrumados una ancla y un símbolo metálico de lo que fue la extinta empresa Flota Mercante Grancolombiana, que junto a Valencia, eran insignias de la ciudad.
«Es una falta de respeto, deberían haber consultado primero, Buenaventura merece que se respeten los pocos monumentos históricos de la ciudad», dijo el Obispo actual del puerto Héctor Epalza.
El prelado ofreció las instalaciones de la Catedral para que sea alojado allí mientras duran las obras del llamado bulevar del centro.
«No vaya a quedar abandonado y se embolate o se dañe, fue un esfuerzo de la Curia y la comunidad en homenaje al hermano mayor», dijo el Obispo.
Por su parte, voceros de los constructores de la obra, indicaron que se dirigieron varias veces al párroco de la Catedral pero no lo encontraron para anunciarle que las obras en el parque Cisneros se debía remover del sitio.
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