Redacción
Obtuvo buen éxito la marcha “Entierro de la violencia en Buenaventura: para vivir con dignidad”. Los organizadores han considerado satisfactoria la participación de la gente (entre las 25 mil y 30 mil personas) y han redactado un manifiesto con propuestas y aspiraciones. Más allá de los datos comunicados para la Personería Distrital (144 homicidios en 2013 y durante el mes de enero del 2014 ya se presentaron 20 casos de asesinatos) cada persona que vive en Buenaventura conoce directamente lo que afecta la vida diaria y el desarrollo futuro.
Como recuerda el manifiesto, el problema no es solamente el resultado del accionar de los actores armados.“La gravedad en la prestación de los servicios públicos domiciliarios: saneamiento básico, acueducto, alcantarillado y aseo se han empeorado, especialmente el agua, prácticamente no tenemos seguridad en la prestación de este fundamental servicio, solo en el mes de enero de este año hubo 6 cortes generales a la población (según boletines de Hidropacifico). Se liquidó de forma inconsulta y sin planeación el Hospital departamental dejando a Buenaventura y gran parte de la población del pacifico sin nivel 2 de salud pública; los pensionados y el resto de la población padecen, a diario el paseo de la muerte y en general la mal atención en salud”.
Hay siete solicitudes al final de este manifiesto para vivir con dignidad. Justamente miran alto y piden que el Estado cumpla con sus deberes constitucionales. Claro, son cosas que la administración tendría que hacer ya. Surge el miedo que si no es suficiente un texto constitucional para cumplir deberes, es difícil que algo se mueva por la petición de un manifiesto, después de una marcha por la paz y la dignidad. Lo saben bien los redactores de las solicitudes, que ya se encontraron para definir una estrategia de seguimiento a las propuestas.
Como octava solicitud sería bueno que cada uno de los participantes a la marcha busque diariamente lo que el mismo puede hacer para mejorar los asuntos solicitados. Ellos no podrán financiar el arreglo del Hospital departamental, pero podrán tener un estilo de vida más saludable. No podrán limpiar la basura de todo el bajamar, pero podrán dejar mas limpios los cuartos donde habitan. No podrán obtener el acompañamiento humanitario de las ONGS más poderosas, pero podrán acompañar con su presencia y cercanía al vecino más necesitado o la persona con discapacidad que nadie visita.
Hacer más digna la vida de los demás es una solicitud preciosa. Quien la actúa de pronto mejora su vida misma y tiene más gana y convicción para pedir que, sobretodo en Buenaventura, el Estado cumpla con sus deberes.