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El último aliento

No obstante los avances que ha tenido en los últimos años, la vía a a Buenaventura sigue siendo motivo de preocupación. Cuando se creía que en meses quedarían listos los 47 kilómetros que faltaban de la obra y se superarían los inconvenientes ocasionados por el fallo judicial que declaró nulo el contrato para construir 17 kilómetros entre Restrepo y Loboguerrero, una nueva acción paralizaría indefinidamente las obras.

La Cámara Colombiana de Infraestructura seccional Occidente advirtió hace algunos días la intención del Consorcio Vías Pacífico, encargado de tres de los cuatro tramos inconclusos de la Doble Calzada, de solicitar la caducidad del contrato. La carta que dirigió a la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, habría llegado a finales de noviembre del 2017. Ahora el Gobierno Nacional, la Gobernación del Valle y Cámara tratan de evitar que esa acción se lleve a término y se pueda lograr un acuerdo con la empresa que ganó el contrato de asociación público-privada, APP, en mayo de 2016.

De no conseguirse esa solución, de nuevo quedará en el aire la culminación de una obra fundamental para Colombia que se planteó por primera vez hace 27 años, comenzó hace una década y debía estar lista para el 2011. Quienes pierden con el nuevo retraso no son sólo el Valle y Buenaventura. El daño es para todo el país, especialmente para la industria y el comercio que mueven a través del sitio más estratégico para el comercio internacional, donde se han construido tres puertos, el 50% de la carga de importación y exportación.

Al Gobierno Nacional se le debe reconocer el interés que ha mostrado para llevar a término la doble Calzada Buga – Buenaventura y por conectarla al corredor vial del suroccidente del país, que también está en proceso de ampliación. La vía Mulaló – Loboguerrero que beneficiaría en tiempo y costos sobre todo al transporte de carga desde la zona industrial de Yumbo, ya está adjudicada y debería comenzar en el mes de agosto próximo, según el director de la ANI.

La gran pregunta es qué pasará si no se consigue negociar la solicitud de caducidad con Vías Pacífico y si no se resuelve pronto el lío de los 17 kilómetros paralizados por el fallo judicial. Los cuatro tramos que aún faltan son cruciales, suman 47 kilómetros y representan el 40% del total de la vía. La opción que se plantean la Nación y el Departamento es hacer una nueva Alianza Público-privada e incluirla en los nuevos contratos de la Malla Vial del Valle y de Cauca.

Otros asuntos pendientes por resolver son la construcción de los cinco kilómetros en doble calzada que conectan con la zona portuaria, ya en Buenaventura, y la construcción del puente alterno al de El Piñal, obra que ha solicitado la comunidad y que ni siquiera está contemplada. Mal se haría si terminada la carretera de acceso a Buenaventura se deja es cuello de botella que lleva ya diez años sin solución.

El Valle, al igual que el resto del país, está pendiente de lo que suceda en los próximos días con esta concesión vial, una de las más importantes para la economía nacional. Tres décadas de espera son suficientes. Falta el último impulso y tanto esfuerzo para hacer una obra vital no puede quedar inconcluso.

 

Fuente: Editorial el País

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