Redacción
La Educación Afectiva y Sexual, además de tener una importancia fundamental en la formación integral para los niños y las niñas, transciende el conocimiento biológico para adentrarse en la explicación de procesos como la construcción de la identidad sexual y las relaciones afectivas dentro de nuestros parámetros culturales del área avanzada de Europa.
La Educación Sexual ha pasado a ser una demanda social además de un derecho de los niños, niñas y adolescentes. El contenido de la Educación Afectivo Sexual tiene que ser rigurosa, objetiva y completa en los aspectos biológicos, psíquicos y sociales. La Educación Afectivo Sexual tiene que ser también entendida como comunicación humana y fuente de salud, placer y afectividad.
Desde la óptica de la Educación Afectivo Sexual la sexualidad es inseparable de la afectividad. La construcción de una sociedad en la cual hombres y mujeres convivamos en igualdad y sin discriminaciones implica el ofrecer al alumnado una educación afectiva y sexual basada en parámetros de calidad. La ausencia de una educación afectivo sexual de este tipo puede producir disfunciones sexuales e impedir la transformación de las bases sociales para lograr transformar nuestra sociedad en una más democrática.
A la hora de planificar una educación afectivo sexual es necesario tener en cuenta que aunque la sexualidad humana se encuentra regulada biológicamente y es de ámbito privado, también se encuentra regulada social y culturalmente. El tener conocimiento de cómo es nuestra sexualidad nos permite crecer como personas, es un aprendizaje de la búsqueda de la felicidad y se convierte en un reto para el ser humano.