BOGOTÁ, 3 de noviembre de 2020
Eso mismo es por lo que están abogando más de 1.600 expertos, académicos, médicos y ciudadanos de Colombia y de más de dos decenas de otros países. Por medio de una carta radicada en la Comisión VII del Senado de la República, los firmantes manifestaron la necesidad de incluir un enfoque de reducción de riesgos y daños en el articulado del proyecto de ley No 039/20 que modifica la ley antitabaco, propuesto por el senador José David Name.
Este llamado, -que se da en Colombia con el fin de asegurar el respeto de los derechos humanos al tiempo que abogar por la salud pública-, tiene una dimensión mucho más allá de sus fronteras y busca sembrar el ejemplo para todo el continente latinoamericano, cuya regulación está desactualizada en la mayoría de los países, ya que no presenta un marco regulatorio diferenciado para los productos de nicotina sin combustión, los cuales han demostrado reducir en un 95% la exposición a las sustancias tóxicas, en comparación con los cigarrillos tradicionales.
La carta, respaldada por personalidades de la talla del Ex Ministro de Salud, Alejandro Gaviria y el Director Ejecutivo de la Drug Policy Alliance, Ethan Nadelmann, entre otros, está impulsada por la Corporación Acción Técnica Social (ATS) que cuenta con el estatus consultivo especial ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y por los firmantes de la «Plataforma de Reducción de Riesgos y Daños en Consumo de Nicotina» que son alrededor de 1600 personas a nivel nacional e internacional de países como Colombia, España, Argentina, México, Panamá, Costa Rica, Estados Unidos, Perú, Venezuela, Ecuador, Chile, Australia, Nueva Zelanda, Austria, entre otros y solicita que se brinde información veraz y objetiva sobre los riesgos, daños, usos y beneficios asociados al uso de estos dispositivos para no perjudicar a los más de 142 millones de fumadores que hay en las Américas.
En esta se establece que, a pesar de estar a favor de regular los nuevos productos de nicotina sin combustión, como los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentado, no se está de acuerdo con equiparar la regulación de estos nuevos productos con el cigarrillo tradicional ya que puede limitar la capacidad de convencer a los fumadores adultos a migrar a alternativas de nicotina menos riesgosas que puedan representar beneficios en salud pública y en la calidad de vida de los fumadores. En el mismo sentido, la carta propone que se debe adoptar una regulación proporcional al riesgo de cada producto que refleje sus diferencias respecto a los impactos en la salud, basados en la ciencia.
«Los productos de nicotina sin combustión no van a reemplazar las acciones de prevención, prohibición, regulación, restricción y cesación que buscan las leyes actuales, por el contrario, las van a complementar en la búsqueda de transiciones regresivas para abandonar el consumo y la sustitución hacia otros dispositivos de menor riesgo», afirma la carta.
Y usted, ¿sabe si en su país los fumadores adultos tienen otras opciones diferentes a la cesación?
Contacto de Prensa
Julian Andres Quintero
Fundador de la Plataforma y Director de Acción Técnica Social
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FUENTE Corporación Acción Técnica Social (ATS)
