Redacción
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El hecho de que estamos viviendo en una era de constantes distracciones digitales no es novedad. Para este punto seguramente has leído cientos de artículos que relacionan el uso de cualquier dispositivo que puedas traer en el bolsillo con una disminución de los niveles de felicidad, concentración, productividad y hasta desarrollo cognitivo.
Y seguramente también has escuchado que la urgencia por revisar tu teléfono es similar a otro tipo de comportamientos adictivos, ya que al igual que la adicción por el juego o por las compras, libera una pequeña dosis de dopamina en diferentes regiones del cerebro y nos hace volver por más, aunque sepamos que no es lo mejor para nosotros.
Así que la pregunta ya no es si estamos distraídos, sino ¿cómo podemos superar nuestra adicción para enfocarnos en las cosas que realmente importan?
Como experto en mindfulness y emprendedor en temas de bienestar, he experimentado con un montón de aplicaciones y soluciones tecnológicas, pero encontré que la solución más poderosa no tiene que ver con descargar más apps, sino con un cambio de hábitos.
Aquí están los cambios internos más poderosos que puedes hacer para mejorar radicalmente tu concentración, claridad y productividad.
Estrategia 1: Amárrate al mástil del smartphone
Tal vez recuerdes el antiguo mito griego de Odiseo. Mientras su barco se acercaba a las sirenas, él sabía que su capacidad racional se vería nublada por el llamado seductor de sus voces, y que su canto intoxicante lo llevaría a abandonar sus intereses y brincar hacia la muerte, así que antes de encontrarse con las sirenas, él y su tripulación se amarraban al mástil de su barco.
Nuestros smartphones son las sirenas de la actualidad. Son intoxicantes y sumamente adictivos, y eso significa que no podemos confiar en nuestro buen juicio. Como Odiseo, estaremos mejor si ponemos límites al uso que le damos a estos aparatos antes de que estemos en su presencia.
Aquí te dejo algunas estrategias a considerar:
-Borra cualquier aplicación adictiva de tu teléfono. Si eso es muy radical, sácalas de la pantalla principal o acomódalas en una carpeta para que no las estés viendo constantemente.
-Usa la app Moment para monitorear tus patrones de uso.
-Pon los colores de tu teléfono en escala de grises para que los colores no te llamen tanto la atención.
-Usa el ‘modo avión’ o ‘no interrumpir’ para silenciar las distracciones entrantes.
-Considera desconectar tu router durante la noche o los fines de semana.
-Reduce la capacidad de tu celular o baja de modelo como a un iPhone SE.
Estrategia 2: Hazte consciente de la necesidad de distraerte
Estás a la mitad del día, ocupado con un montón de reuniones, correos y tiempos de entrega y de repente, de la nada, tienes un momento libre en tu día. Y entonces, sin siquiera darte cuenta, sacas tu teléfono y abres el correo, Facebook, las noticias o cualquier otra distracción. ¿Qué tan seguido te pasa esto?
La necesidad es aún más peligrosa cuando estamos en casa, es lo que nos hace decirle a nuestros hijos que jugaremos con ellos ‘en un momento’ mientras tenemos el teléfono en la mano. Es lo que nos hace interrumpir una conversación con un amigo, una comida o un evento importante para voltear a ver nuestro teléfono.
Lo que sabemos ahora gracias a la ciencia y al mindfulness es que la mejor respuesta ante la urgencia es simplemente ser conscientes de ella. Cuando sientas que tienes que revisar ese correo, ese precio o ese mensaje, hazte consciente de que estás experimentando una necesidad. Date cuenta de cómo se siente y de los pensamientos que estás teniendo.
Luego toma una decisión consciente de si seguir tus impulsos o no. Incluso si terminas revisando Facebook o Instagram, este micro momento de consciencia hace toda la diferencia. Te saca del modo piloto automático y te regresa la habilidad de elegir cómo emplear tu tiempo.
Estrategia 3: Tiempo para ‘fluir’
A principios de la década de los 90, el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi acuñó el término ‘fluir’ para describir el estado de absorción absoluta de la tarea que tienes enfrente. Fluir es lo opuesto de distracción. Es ese estado en el que todos nos encontramos de vez en cuando en el que nuestro sentido del tiempo y del ser se disuelve y logramos hacer más cosas en un par de horas de lo que normalmente lograríamos en días. Las investigaciones demuestran que no tienes que ser LeBron James o Serena Williams para experimentar este estado. Está disponible para todos, sin importar a qué te dediques.
Pero aquí está el truco. Para fluir necesitas estar alejado de las interrupciones y las distracciones. Así que aquí algunos trucos para crear espacios sin distracciones en tu día a día:
-Agenda ‘bloques de flujo’ en tu calendario. No asumas que van suceder por sí solos.
-Si es posible, trabaja desde casa, en un café o en cualquier otro ambiente en el que estés libre de interrupciones durante estos bloques.
-Pon tu celular en ‘modo avión’.
-Cierra tu navegador y tu correo.
Estrategia 4: No hagas nada
En la actualidad, hemos convertido el hecho de ‘hacer cosas’ en la virtud más importante. Presumimos sobre lo ocupados que estamos. Confeccionamos nuestros días para eliminar cualquier tiempo libre o espacio que pudiera sobrar.
Esto ha resultado en la muerte de momentos inactivos, momentos en los que simplemente estás. Sin embargo, la ciencia nos muestra que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente no están diseñados para estar activos todo el tiempo. Somos más felices y productivos, y estamos más enfocados cuando nos damos momentos para estar en pausa, para respirar, observar la vista y hacer nada.
Ve lo que pasa cuando te das espacio para no hacer nada en ciertos momentos del día. Date la oportunidad de experimentar momentos en los que te liberes de la expectativa de estar haciendo algo. Puedes salir a caminar, contemplar la vista, o reflexionar sobre tu día antes de dormirte. Estos momentos te conectan con el presente, te dan un chispazo de gratitud y te recuerdan lo importante de saborear y disfrutar esta frágil vida que puede irse de ti en cualquier momento.
Implementar estas cuatro estrategias no es fácil, requiere dejar de lado nuestros hábitos ordinarios de distracciones digitales. Pero la recompensa es masiva. En un mundo en el que la distracción se ha vuelto la norma cultural, tu habilidad para navegar satisfactoriamente estas fuerzas y manejar tu atención te dará una gran ventaja competitiva.
