Las nuevas rutinas y los hábitos saludables no tienen que ser un ejercicio miserable.
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Tener objetivos y hacer algo para ir tras esos objetivos son dos cosas diferentes. La mayoría de las personas exitosas son criaturas de hábitos y rutinas diarias. Yo definitivamente funciono mejor cuando tengo una rutina. Me despierto a la misma hora todos los días, hago ejercicio por la mañana, regreso a casa para arreglar a los niños, y así continúo. Hace algunos meses me detuve a pensar: ¿Cuáles son los hábitos que realmente me sirven? ¿Qué hábitos hago por el simple hecho de hacerlos y qué hábitos me gustaría reforzar?
Por ejemplo:
Desearía involucrarme más con el día escolar de mis hijos.
Me gustaría fortalecer mis glúteos y piernas.
Me gustaría escribir más.
Puedes hacer todo eso y lograr todos tus objetivos, una vez que los conviertas en hábitos.
Aunque se ha hablado mucho de los hábitos de la gente exitosa y se han dado guías para romper los malos hábitos, yo me enfoco más en crear nuevos hábitos y realmente mantenerlos. Por ejemplo, algunos de mis hábitos diarios son:
Despertar todos los días a la misma hora.
No revisar redes sociales ni responder a correos por la mañana.
Hacer ejercicio.
Asegurarme de tener alimentos nutritivos y saludables.
Estos hábitos me mantienen organizada, eficiente saludable, y en general, feliz. Muchas personas que hacen ejercicio por la mañana sólo lo hacen y no piensan en ello. Y si eres igual que la mayoría, te sientes mejor después de haberte ejercitado. Nunca nadie se arrepiente de haber hecho ejercicio (una vez que acabaste, por lo menos).
Aquí hay cinco formas de convertir esa lista de hábitos deseados en cosas que pueden hacerte sentir mejor cada día.
1. Pon en práctica tu nuevo hábito a la misma hora, todos los días
Ya sea ejercicio, o no revisar tus redes sociales por l a mañana o preparar tu agenda la noche anterior, este tipo de constancia es fundamental.
2. Empieza con algo pequeño
No podemos cambiar o arreglar todo de la noche a la mañana. Empieza con hábitos pequeños como preparar tus alimentos, caminar unos cuantos pasos más a lo largo del día o borrar apps de redes sociales por una semana para eliminar la tentación. (Revisar las actualizaciones en tu computadora o televisión es una buena forma de mantenerte informado sin estar pegado a tu teléfono).
3. Ten un objetivo claro
¿Cuándo lo vas a hacer, por qué y cómo? Si hay algo de duda respecto a cualquiera de estas preguntas, lo más probable es que no lo vayas a hacer. Así que si lo que quieres es escribir más o terminar más proyectos, agéndalo en tu calendario y no permitas que nada te distraiga.
4. Sé consistente
La repetición forma hábitos. Ya sea aprender a tocar el piano o tomar descansos para estirarte y no pasar el día entero sentado, es importante fijar una hora y hacerte responsable de hacerlo. Pídele a tus familiares y amigos que te motiven y te pregunten cómo te va.
5. Si la riegas, ten un plan
No te juzgues, y ten un plan al que puedas regresar cuando la riegues. Sé amable contigo mismo y haz de este tu mantra: “Nunca falles dos veces”.
¡No rompas el hábito de tener buenos hábitos!
Recuerda que esto no será nada sencillo. Regresar a los malos hábitos es muy fácil, así como regresar a lo que te es cómodo: quedarte en la cama revisando tu teléfono, comer mal, no hacer ejercicio… Lo he hecho muchas veces.
Pero llévate a ti mismo a una zona de incomodidad, porque ahí es donde existe la magia y el cambio. Para lograr mis hábitos personales, ahora limito mis distracciones desde las 8:30 de la mañana a las 3 de la tarde para ser más eficiente en el trabajo y poder pasar tiempo de calidad con mis hijos después de la escuela. Contraté a una entrenadora para enfocarme en rutinas de pierna y glúteo. Para escribir, bloqueé los viernes para ser mi día creativo y escribir, y no agenda nada a menos que sea fundamental. Somos lo que hacemos, y lo que es más importante es hacer lo que nos dé el estilo de vida más saludable y feliz que se pueda tener.