Aunque la mayoría de los congresistas ha celebrado que las plenarias de Senado y Cámara hayan comenzado a sesionar virtualmente, todavía hay aspectos que no dejan satisfechos a todos en el Congreso.
La semana pasada, después de 208 años de existencia, los plenos de estas dos corporaciones sesionaron de manera remota, algo que nunca había sucedido en su historia.
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Por el lado del Senado se realizaron dos sesiones, y en la Cámara, una, en la que hubo algunos puntos para destacar, pero también otros para corregir.
Cabe aclarar que desde hace varias semanas algunas comisiones también han venido reuniéndose mediante esta modalidad, pero son sesiones con pocos congresistas y se realizan de manera informal.
Asistencia masiva
A manera de balance se puede decir que las sesiones virtuales del Congreso dejan aspectos positivos y otros negativos. Entre los aspectos favorables está que los ministros del despacho que han sido citados han acudido al control político del Congreso, algo que no siempre sucede en el Capitolio.
Este hecho puede obedecer, entre otras razones, a que las agendas de funcionarios y congresistas son mucho más flexibles dada la cuarentena.
Los congresistas, a los que se acusa de ausentistas, también están acudiendo de manera masiva. Tanto en Senado como en Cámara estuvieron todos. Los únicos que faltaron fueron Juan Diego Gómez (conservador) y Margarita Restrepo (uribista). Ambos con excusas médicas.
Este aspecto del cumplimiento podría explicarse en el hecho de que la opinión pública está viendo las sesiones virtuales y puede saber qué congresista está presente y cuál no.
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Este control ciudadano es más difícil en las asambleas presenciales, en las cuales las mesas directivas de Senado y Cámara, por lo general, informan que hay quorum para deliberar y votar y con esta información comienza a sesionarse.
El otro aspecto positivo es el orden y el respeto que se ha venido dando, especialmente en Senado. En esta corporación, cada senador ha tenido la oportunidad de intervenir sin que se forme una zambra por lo que dice, como sucede en algunas ocasiones en el Capitolio.
Además, los discursos de los legisladores parecen ser escuchados, y no como sucede en los recintos del Congreso, donde son comunes los corrillos de parlamentarios hablando sobre otros temas mientras los oradores luchan por hacerse oír.
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Sin embargo, hay aspectos que aún faltan por cumplirse para que el trabajo legislativo sea completo; por ejemplo, hasta ahora no se ha votado ningún proyecto de ley o de reforma constitucional ni nada sobre los decretos expedidos en el estado de excepción.
Para algunos observadores, este paso, cuando se dé, puede ser un escollo ya que todavía hay dudas jurídicas sobre la legalidad de aprobar iniciativas de manera virtual. En otras palabras: una cosa es escuchar a los ministros y otra votar leyes y enmiendas a la carta política.
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De igual forma, se han visto problemas de conectividad, especialmente, en la Cámara de Representantes. El congresista por San Andrés Jorge Méndez, por ejemplo, tuvo que ir hasta la sede de la Policía en la isla, uno de los pocos lugares que tiene buena conectividad, para estar presente en la sesión.
Para este lunes está citada nuevamente la plenaria del Senado con el fin de escuchar al ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, en otra reunión que se realizará virtualmente.
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