Dejando a un lado las revelaciones inquietantes, la franquicia se enorgullece de sus lugares de filmación terrestres y, en honor al Día de la Tierra, la página oficial de Twitter de Star Wars UK publicó una serie de fotos de todo el planeta que sirvieron como escenarios clave a lo largo de las películas.
Las cuatro tomas consisten en la ciudad tunecina de Matmata, el parque estatal Grizzly Creek Redwoods en California, las islas Skellig de Irlanda y Reynisfjara en Islandia.
Matmata, un pequeño pueblo en el sur de Túnez, se utilizó para filmar en Star Wars: Episodio IV – Una nueva esperanza. Los fanáticos reconocerán de inmediato la foto como una toma de Tatooine, el hogar de Luke Skywalker. Específicamente, la residencia en la que reside Skywalker es en realidad un hotel, conocido como el Hotel Sidi Driss. La ubicación también apareció brevemente en Star Wars: Episodio II – El ataque de los clones.
El parque estatal Grizzly Creek Redwoods de California se utilizó como lugar de rodaje en Star Wars: Episodio VI – El retorno del Jedi. Una parte muy específica de este parque, Cheatham Grove, se utilizó para filmar las icónicas escenas de persecución en moto deslizadora. Curiosamente, la arboleda no se agregó al parque hasta 1983; el mismo año en que se estrenó la película y un año después de haber tenido lugar el rodaje.
Aquellos que se han mantenido al día con la trilogía secuela pueden reconocer las islas Skellig de Irlanda, que sirvieron como santuario de Luke Skywalker en Star Wars: El despertar de la fuerza y Star Wars: Los últimos Jedi. En la vida real, las islas albergan los restos de un antiguo monasterio cristiano conocido como Great Skellig; que sirven como restos de un antiguo templo Jedi en la película.
Por último, la playa Reynisfjara fue uno de los muchos lugares de rodaje en Islandia utilizados para Rogue One: Una historia de Star Wars. La playa sirve como telón de fondo para el planeta Eadu, que alberga una instalación de armas imperiales en la película.
