Redacción BL
El ansermeño Rigoberto López Ramírez, no solo representa a Caldas como invitado especial a la posesión del Gustavo Petro Urrego, como presidente de la República, es también la representación de los caficultores colombianos que trabajan a diario bajo el sol y el agua para producir el mejor café del mundo.
“Yo vivo en Anserma, Caldas, vereda Juan Pérez, yo soy agricultor, la experiencia mía como agricultor es de hace por ahí 35 años que yo trabajo el campo, hago todo, limpiar, marañar, desyerbar, bueno, todo lo que es del café”, dijo con su voz paisa y con su nobleza campesina.
Rigoberto fue visitado por el hoy presidente, cuando estaba ad portas de pasar por las votaciones en segunda vuelta, fue cuando recorrió el municipio de Anserma y como muy bien lo resalta, llegó a una de las fincas cafeteras mejor ubicadas, porque está en un alto y desde allí se ven hermosos paisajes.
“Yo soy oriundo de Anserma, Caldas, yo nací en la finquita, yo soy nacido y criado porque esa tierrita es una tierrita tradicional porque hace unos, 120 años le pongo, fue del abuelo mío, de mi papá y ahí pasó al nombre mío. Yo soy casado, tengo dos hijos, la hija tiene 23 años y el hijo tiene 17 años, y ya soy abuelo también, tengo una nieta de tres añitos”.
Como muchos agricultores colombianos, ha debido combinar sus cultivos de café con otros productos, para abastecer a su familia y para tener otros ingresos en épocas en que la situación está difícil.
“Yo si cuando tumbo el cafecito hay veces que le siembro frisolitos, le siembro maíz, he sembrado lulito también, yuquita, también le he sembrado cultivitos pero poquitos”.
Este caldense se pura sepa, señala que no fue fortuita la visita del, en ese momento, candidato presidencial, pues él quería, como lo tiene en su plan de gobierno, visitar a la gente del campo, por lo que su tierra fue el escenario adecuado para mostrar esa parte de su política social.
Para López Ramírez, es motivo de felicidad ser parte de este acto nacional, por eso preparó su mejor pinta, como el mismo la describe, campesina, una camisa blanca, un pantalón oscuro y un poncho, que para él tiene mucho significado.
“Un poncho con el distintivo de la iglesia de Santa Bárbara de Anserma y representando los 453 años de Anserma, que está de cumpleaños esta semana que dentra, Anserma que es la abuela de Caldas”.
Felicidad de llevar no solo a su región en su vestimenta, sino también de representar a los millones de personas que viven en y del campo y que esperan ser parte de un nuevo gobierno que promete apoyar a todos los territorios.
“La verdad que muy orgulloso, me siento muy orgulloso porque realmente, eso le estaba yo diciendo a mi esposa que son dos cosas que realmente, no sé ni cómo explicarle… Primeramente que todo, una posesión de un presidente que estuvo en mi casa, y segundo montar en un avión, yo a eso le tenía mucho miedo, pa’ que”.
Con su voz alegre y hasta entrecortada a veces, Rodrigo López Ramírez, dice que esta es una historia que nunca habría pensado que iba a vivir y que ahora hará parte de sus mejores anécdotas.
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