Después de más de un siglo, un mural prehispánico de escala épica en el norte de Perú ha resurgido gracias al trabajo de un arqueólogo alemán y un grupo de estudiantes.
Agencia France-Presse informa que Sam Ghavami, un arqueólogo de la Universidad de Freiburg, ayudó a redescubrir el mural, que estimó que podría tener alrededor de 1000 años. Él cree que la pintura combina los estilos de los pueblos Moche y Lambayeque.
Según los informes, el mural fue una vez parte del templo de Huaca Pintada y muestra, en una sección, lo que la agencia de prensa denominó “una procesión de guerreros” que “puede verse dirigiéndose hacia una deidad parecida a un pájaro”.
Hasta ahora, la evidencia más reciente de su existencia era una fotografía en blanco y negro de 1916 de Hans Heinrich Brüning, un etnólogo alemán que había tenido conocimiento de la pintura porque los saqueadores habían intentado saquearla. Brüning había estado estudiando a los Moche, cuyos rituales y costumbres estudió, y cuya documentación ahora reside en un museo dedicado a él en la ciudad peruana de Lambayeque.
Desde que Brüning fotografió el mural, el follaje lo ha oscurecido. Por AFP, nadie había intentado descubrir la pintura tampoco, al menos no hasta que Ghavami fue a buscarla. La agencia de prensa describió “una larga batalla para obtener el permiso de la familia propietaria del terreno donde se encontró el mural” por parte de Ghavami.
Si bien no está del todo claro qué representa el mural, Ghavami dijo que continuaría estudiándolo. Dijo que sus imágenes “parecen estar inspiradas en la idea de una jerarquía sagrada construida alrededor de un culto a los ancestros y sus vínculos íntimos con las fuerzas de la naturaleza”.
Luego elogió el mural como un hallazgo clave, calificándolo de “único en la historia del arte mural en el Perú prehispánico”.
