Por otro lado, debido a que los chefs privados conocen el número exacto para el que están cocinando, pueden darse el lujo de servir platos que son más perecederos.
Lloyd Matthew Tan, un autor de libros de cocina que dirige una experiencia gastronómica privada en Peranakan, Perot Rumah, me señala el tauhu masak titek, un plato casi olvidado en su menú.
“Debido al suave tofu que contiene, esta sopa se echa a perder fácilmente, [so] los restaurantes no suelen servirlo. Por eso, cuando mis invitados de Peranakan prueban la sopa, les trae un anhelo nostálgico, ya que no han comido este plato desde que fallecieron sus abuelas”, dijo.
UNA EXPERIENCIA CULTURAL INMERSIVA
Pero la comida constituye solo la mitad de la experiencia gastronómica privada. Al igual que entrar en la casa de un amigo, en el momento en que se quitan los zapatos y se dejan a un lado, uno se sumerge por completo en el mundo del otro.
“El plato del comedor y la etiqueta de comer… todo esto juega un papel en la traducción y transmisión del patrimonio”, dice Ramasamy. “Como persona de un grupo minoritario, es una excelente manera de presentarles a personas de todos los ámbitos de la vida tanto mi comida como mi cultura”.
Dada la naturaleza íntima de las sesiones, los cocineros pueden presentar cada plato en detalle, con cositas culturales y anécdotas personales. Los tazones de tauhu masak titek en Perot Rumah, por ejemplo, se acompañan con historias de cómo una esposa nacida en la zona decidió agregar una fuerte rempah (pasta de especias) al tofu suave que ansiaba su esposo de origen chino.
