El cambio climático ha escalado rápidamente en la agenda global, siendo tema de discusión en innumerables encuentros internacionales año tras año. En la actualidad, estas reuniones se centran en la transformación de las energías limpias para que sean rentables y fomenten un rápido crecimiento en todos los países.
Sin embargo, en medio de estos debates, a menudo se pasa por alto un aspecto fundamental: el cambio climático va más allá del simple aumento de la temperatura.
Científicos han destacado que el calentamiento global no solo se refiere a la amenaza de veranos más intensos, sino a una alteración profunda y preocupante de las condiciones naturales de nuestro planeta. Desde entender la importancia del cuidado del agua, hasta conocer como cambiara en unos años nuestros ecosistemas, esta en nuestras manos ser parte de la solución o volvernos parte del problema.
¿Es inagotable el agua gracias a los océanos?
A menudo escuchamos afirmaciones que nos llevan a creer que no debemos preocuparnos por el suministro de agua potable gracias a la vastedad de los océanos que cubren nuestro planeta. Sin embargo, es importante comprender que esta agua, como bien sabemos, no es apta para el consumo humano debido a su salinidad.
Lo preocupante es que estudios sugieren que para el año 2050, aproximadamente el 60% de la población mundial podría enfrentar escasez de agua. Aquí es donde la importancia del cuidado del agua se torna crítica, ya que, de continuar en la senda actual, podríamos ser testigos de la última generación que disfruta de agua potable de forma abundante.
Si bien es cierto que se están desarrollando tecnologías avanzadas para la desalinización y purificación del agua, estas soluciones aún resultan costosas y, en su mayoría, benefician a las poblaciones costeras, dejando a más del 90% de la población mundial sin acceso a este recurso vital.
Por lo tanto, el agua no es un recurso infinito y su renovación es limitada. Su conversión en agua potable requiere procesos químicos que conllevan un alto costo, lo que hace imperativo que actuemos con responsabilidad en su preservación.
¿Sobrevivirán las especies después del calentamiento global?
En películas y documentales sobre el calentamiento global, a menudo se nos presenta a los animales como los supervivientes por excelencia en un mundo poshumanidad. Sin embargo, la realidad es muy diferente a esta representación ficticia.
Las especies nativas son las primeras en sufrir las devastadoras consecuencias del cambio climático, a medida que sus hábitats se ven destruidos, como lo demuestran los recientes y destructivos incendios forestales que han arrasado miles de hectáreas y diezmado diversas especies.
El futuro se presenta sombrío, ya que, si no logramos un cambio significativo, es probable que sigamos invadiendo zonas tropicales, lo que amenaza con la extinción de animales que hasta ahora se consideraban protegidos, pero no necesariamente en peligro de extinción.
Además, enfrentamos otro grave problema en nuestros océanos: la sobreexplotación y la extracción irresponsable de recursos marinos, que, aunque no está directamente relacionada con el calentamiento global, añade un factor preocupante a la crisis ambiental que enfrentamos.
¿Las energías renovables ayudan a frenar el calentamiento global?
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) ha sostenido de manera constante que las fuentes de energía renovable no solo son ambientalmente amigables, sino que también tienen el potencial de ser económicamente rentables.
Algunos datos respaldan esta afirmación al mostrar que la generación de energía a partir de fuentes renovables puede ahorrar hasta un 50% en comparación con los métodos convencionales de producción de electricidad.
Si observamos el panorama en el pasado, en 2010, es importante destacar que la instalación de sistemas fotovoltaicos (paneles solares) era costosa y aún no había logrado una adopción significativa en el mercado. Sin embargo, en los últimos cinco años, hemos presenciado un cambio notable en esta tendencia, con una reducción de hasta un 40% en los costos de instalación y operación de estas tecnologías.
Las proyecciones hacia el año 2030 son aún más alentadoras. Se espera que la energía fotovoltaica, basada en paneles solares, se instale de manera tan frecuente que los materiales requeridos para su implementación se reduzcan considerablemente. Esta mejora en la eficiencia no solo se traduce en ahorro de recursos, sino que también contribuye a una mayor conservación de la energía.
Sin embargo, es esencial reconocer que existen desafíos pendientes en el camino hacia un sistema de energía completamente renovable. Uno de los principales obstáculos es la cuestión de las baterías, que siguen siendo motivo de debate debido a su impacto ambiental y la necesidad de reemplazo cada cuatro o cinco años. No obstante, se están realizando esfuerzos significativos para abordar estos problemas y desarrollar soluciones más sostenibles.
¿Cómo proteger y conservar el agua ayudaría a detener el calentamiento global?
Es innegable que, a lo largo del tiempo, hemos sido testigos de cómo las fuentes de agua naturales, como ríos, lagos y represas, se han visto afectadas por la construcción y la urbanización, llegando a desaparecer en algunos casos. Esto plantea una cuestión crucial: ¿cómo puede la protección y conservación del agua contribuir a la lucha contra el cambio climático?
Hoy en día, diversas industrias, incluyendo la construcción, la minería y la transformación, se ven obligadas a reconsiderar la ubicación de sus instalaciones debido a la creciente conciencia de la necesidad de preservar nuestros recursos hídricos.
A pesar de las regulaciones que prohíben la construcción junto a ríos y riberas, persisten desafíos sociales y políticos, ya que las ciudades continúan expandiéndose hacia estas áreas de reserva, muchas de las cuales ya están gravemente degradadas debido a la falta de atención a su conservación.
Este problema se convierte en un círculo vicioso, ya que la actividad humana se acerca cada vez más a las fuentes de agua, destruyendo los valiosos ecosistemas locales que existen en nuestras ciudades. Es importante comprender que esta situación se replica en todos los municipios, ciudades y territorios del mundo.
Cuando degradamos sistemáticamente estos pequeños ecosistemas locales, terminamos dañando irreparablemente el ecosistema global que es nuestro planeta.
No es necesario enfatizar la importancia del agua para la fauna y la flora, pero es esencial reconocer que su conservación es fundamental para la supervivencia de estas especies a largo plazo. Además, al proteger y conservar el agua, podemos reducir la frecuencia de incendios forestales y minimizar los efectos dañinos de la contaminación en nuestros entornos naturales.
