En nuestro mundo cada vez más impulsado por la IA, la necesidad de demostrar nuestra identidad humana es más generalizada que nunca.
Es un desafío que encontramos casi cada vez que nos registramos en un nuevo sitio web o servicio.
Una forma de hacerlo es a través de un dispositivo CAPTCHA, que a su vez está automatizado. CAPTCHA significa Prueba de Turing pública completamente automatizada para diferenciar a las computadoras de los humanos.
Lleva el nombre de Alan Turing, quien inventó una prueba en 1950 que podía evaluar la capacidad de una computadora para imitar el comportamiento humano. No se trataba tanto de acertar una serie de preguntas sino, más aún, de ejemplificar el mismo comportamiento de un ser humano. Aunque comparte su nombre, un CAPTCHA hace lo contrario: garantiza que un usuario sea un humano, no un robot.
Para hacer esto, al usuario se le presentan letras y números desordenados que debe descifrar y volver a escribir. La teoría es que es poco probable que los robots puedan completar esta tarea.
Irónicamente, según un estudio reciente de la Universidad de California, los robots de inteligencia artificial son en realidad más eficientes que los humanos para resolver CAPTCHA.
¿Qué es reCAPTCHA y cómo funciona?
Google ofrece la alternativa reCAPTCHA. La funcionalidad de reCAPTCHA es más avanzada que la de CAPTCHA y no se basa en letras y números distorsionados.
Actualmente, hay tres tipos de reCAPTCHA en funcionamiento y cada uno se comporta de manera diferente.
Una prueba de reconocimiento de imágenes pide al usuario que haga clic en cuadrados que contienen un objeto específico, como señales de tráfico o piezas de vehículos. Si su respuesta coincide con la de la mayoría de los demás usuarios, entonces se considera que la probabilidad de que sean, de hecho, humanos es lo suficientemente alta como para «pasar».
Algunas pruebas reCAPTCHA son incluso más simples y aparentemente solo requieren que el usuario marque una casilla que confirme «No soy un robot». Sin embargo, esta sencilla tarea es insuficiente para que Google verifique su condición humana. Cuando hace clic, permite que Google analice su comportamiento en línea y determine si «aprueba». Esto puede incluir movimientos del mouse, historial de navegación e incluso tiempo para completar un formulario en línea.
Por último, y más recientemente, CAPTCHA Enterprise no requiere interacción del usuario. En cambio, Google adopta una visión holística del comportamiento del usuario en el sitio web y aplica una puntuación. De hecho, cuanto menor sea la puntuación, mayor será la probabilidad de que se trate de un bot.
Entonces, la próxima vez que marques esa casilla para decir «No soy un robot», recuerda que no es tan mágico como podría parecer a primera vista.
A ti
En la era actual de transparencia de datos, ¿deberían los sitios web que utilizan reCAPTCHA ser más abiertos sobre cómo funcionan?
