Se insta a reformar políticas para facilitar el acceso de las personas mayores al aire acondicionado

Se necesita urgentemente una reforma política para ayudar a los adultos mayores que viven en ciudades del sur de Estados Unidos y que experimentan problemas de salud relacionados con el calor más graves de lo esperado si no tienen acceso adecuado al aire acondicionado, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Waterloo.

Los hallazgos del estudio llevan a los investigadores a sugerir que los responsables de las políticas mitiguen las condiciones de calor extremo y las condiciones de salud adversas para los adultos mayores al exigir aire acondicionado en todas las nuevas construcciones de viviendas residenciales o al abordar los altos costos de operación de los acondicionadores de aire.

El estudio, «Determinantes sociodemográficos del riesgo de calor extremo y ozono entre adultos mayores en tres ciudades del cinturón solar», fue publicado en Revistas de gerontología, serie A: ciencias biológicas y ciencias médicas.

«Estamos muy conscientes de los problemas del invierno y del frío extremo, pero es hora de que empecemos a analizar políticas para abordar también el calor extremo», dijo el Dr. Peter Crank, profesor de la Facultad de Medio Ambiente.

«Tenemos que considerar la planificación para lugares que históricamente son calurosos, pero también para otras partes de Canadá y Estados Unidos que han experimentado importantes olas de calor en los últimos años».

Los investigadores analizaron los diversos problemas de salud de 900 adultos mayores que viven en Phoenix, Houston y Los Ángeles, tres ciudades estadounidenses que se encuentran dentro del Cinturón del Sol, donde las temperaturas diurnas a menudo superan los 100 °F (37 °C).

Si bien la mayoría de los adultos encuestados tienen aire acondicionado instalado, aún experimentan problemas de salud debido al calor extremo o al ozono debido al mayor costo de usar su aire acondicionado o de poder pagar reparaciones a sus unidades.

«No resulta demasiado sorprendente que muchas personas digan haber sentido algún tipo de síntomas relacionados con el calor», afirmó Crank. «Lo que realmente nos sorprendió fue el papel que desempeñan las características físicas y de construcción en la percepción que tienen los adultos mayores de su bienestar».

El estudio también concluyó que la renovación de las viviendas para solucionar problemas relacionados con el clima, como colocar burletes en las puertas, aumentar el aislamiento y mejorar la eficiencia energética, podría ayudar a mitigar los riesgos para la salud relacionados con el calor extremo. Sin embargo, los investigadores creen que el mayor impacto en la reducción de esos problemas de salud sería la reforma de las políticas para mejorar el acceso al aire acondicionado central en los hogares.

«Necesitamos una política y una planificación intencionadas para abordar el riesgo de calor entre los adultos mayores», dijo Crank. «Estas políticas abarcan la revisión de los códigos de construcción para las nuevas unidades de vivienda, el establecimiento de expectativas para la mejora de las unidades de alquiler existentes y la revisión de las directrices de las empresas de servicios públicos en materia de pagos atrasados».

El plan de los investigadores es compartir sus hallazgos con agencias gubernamentales, redes de salud y grupos de defensa en todo Estados Unidos y Canadá.