Bogotá, 8 de agosto de 2024 – En un impactante suceso que ha estremecido al mundo de las esmeraldas en Colombia, Juan Sebastián Aguilar, conocido en los círculos del negocio como ‘Pedro Aguilar’ o ‘Pedro Pechuga’, fue asesinado por un francotirador la noche del miércoles 7 de agosto de 2024. El homicidio ocurrió en el exclusivo condominio Bosques del Marqués, ubicado en la localidad de Usaquén, al norte de Bogotá. Este ataque, que evoca las violentas ‘guerras verdes’ de la esmeralda, ha generado gran conmoción y preocupación en el país.
Nacido en Chiquinquirá, Boyacá, Juan Sebastián Aguilar comenzó su carrera como guardaespaldas del influyente esmeraldero Víctor Carranza, quien fue una de las figuras más poderosas de la industria de las esmeraldas durante los años de las ‘guerras verdes’. Con la experiencia adquirida bajo el mando de Carranza, Aguilar fundó su propia empresa de seguridad, llamada Seguridad Oriental, que se encargaba de proteger minas de esmeraldas en Colombia.
A sus 58 años, Aguilar había escalado en las jerarquías del negocio, llegando a formar parte de la junta directiva de Esmeraldas Santa Rosa y convirtiéndose en una figura clave en la seguridad de las minas esmeraldíferas en todo el territorio nacional. Su empresa prestaba servicios a Esmeraldas Mining Services y Colombian Shared Services, conocidas como Compañías Muzo Colombia, lo que consolidaba su posición como uno de los personajes más influyentes y respetados en el sector.
El asesinato de Aguilar fue meticulosamente planificado. Según reportes de El Tiempo, el francotirador que le quitó la vida tuvo que superar tres anillos de seguridad para realizar el disparo, lo que indica un alto nivel de preparación. Para efectuar el ataque, el tirador se ubicó en una montaña cercana al condominio, desde donde disparó directamente al tórax del esmeraldero. Aguilar fue trasladado de emergencia a la clínica Cobos, pero a pesar de los esfuerzos médicos, falleció a las 6:28 p.m. del mismo día.
Este no fue el primer atentado que Aguilar sufrió. En octubre de 2023, ya había sido blanco de un ataque en un lujoso edificio de Esmeraldas Santa Rosa en el norte de Bogotá, lo que subraya la constante amenaza bajo la que vivía debido a su posición en la industria esmeraldífera.
El gremio de los esmeralderos, representado por Fedesmeraldas, expresó su profunda indignación y rechazo ante el asesinato de Aguilar. En un comunicado oficial, la federación lamentó la pérdida de un ser humano y enfatizó que este acto violento atenta contra los valores de seguridad, paz y respeto que defienden como gremio. Fedesmeraldas también hizo un llamado a las autoridades para que refuercen las medidas de seguridad en el sector y aseguren que la violencia no sea tolerada en ninguna circunstancia.
Las autoridades están llevando a cabo investigaciones exhaustivas para identificar al francotirador y entender las motivaciones detrás de este asesinato, que podría estar relacionado con las históricas ‘guerras verdes’ por el control de las minas de esmeraldas.
El asesinato de Aguilar también ha puesto bajo escrutinio su relación con la exconsejera Sandra Ortiz. Según fuentes citadas por Semana, Aguilar y Ortiz mantenían una cercana amistad que se fortaleció con el tiempo. Sin embargo, en los últimos meses, su relación se distanció debido a los problemas que Ortiz enfrentó en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, de donde fue apartada tras ser señalada por Sneyder Pinilla.
En declaraciones a El Tiempo, Ortiz defendió su relación con Aguilar, describiéndolo como un empresario que fue reconocido por su labor social en la región. Ortiz aseguró no tener nada que ocultar respecto a su vínculo con Aguilar, lamentando profundamente su asesinato.
