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Columna de Gabriel Meluk sobre el uso del himno del Liverpool como ánimo contra el coronavirus – Fútbol Internacional – Deportes

por Redacción BL
Columna de Gabriel Meluk sobre el uso del himno del Liverpool como ánimo contra el coronavirus - Fútbol Internacional - Deportes



Cuando la incertidumbre es la única certeza que tenemos y los días habitan entre cuatro paredes, cuando las preocupaciones y temores cuadriculan los relojes y ya es igual e indiferente que sean las 2 de la tarde del sábado o las 10 de la mañana del martes, un video rompe en la pantalla del celular.

Es el corredor estrecho de un hospital: detrás de dos puertas de vidrio hay médicos y enfermeras con tapabocas. Están metidos en su armadura de tela desechable azul celeste, que va desde el cuello hasta debajo de las rodillas.

Al otro lado de esa puerta de vidrio aparece un puñado de conductores de ambulancia y paramédicos que, uno tras otro, unen sus voces y les cantan You’ll never walk alone (Nunca caminarás solo), ese himno de tribuna con el que los hinchas del Liverpool se entregan en apoyo incondicional a su equipo y hacen que Anfield, su estadio, sea una de las salas de conciertos más líricas del fútbol.

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En ese pasillo de algún hospital del Reino Unido, médicos, enfermeras, conductores de ambulancia y paramédicos separados por un cristal, todos, levantan sus brazos, los mueven de lado a lado, dándose ánimo, apoyándose, haciéndose barra mutua, siendo un solo equipo en este duro enfrentamiento contra la pandemia del nuevo coronavirus, y cantan “camina con esperanza en tu corazón / y nunca caminarás solo”.

Quizás el Liverpool y sus hinchas sean hoy un ejemplo de cómo enfrentar la adversidad, luchar contra lo que parece invencible, mantener la esperanza en lo posible y hacer lo posible realidad.


Como aquella vez, en la final de la Champions del 25 de mayo del 2005, en Estambul,
cuando en un segundo tiempo épico, se recuperó de la desgracia de un primer tiempo en el que perdían 0-3 contra el temible Milan italiano.

Steven Gerrard, Vladimir Smicer y Xabi Alonso, ¡en el rebote de un penalti fallado, para completar!, igualaron el marcador 3 a 3 en apenas 6 minutos, del 54 al 60.
Y en el desempate por penaltis, tan electrizante como el segundo tiempo, ganaron la final. Parecía irreversible y lo hicieron.

“Cuando camines a través de una tormenta / mantén la cabeza alta / y no temas por la oscuridad; al final de la tormenta encontrarás la luz del sol”, como cantan en Anfield.
O como cuando, hace menos de un año, el pasado 8 de mayo del 2019, en la semifinal de la Champions, Liverpool logró otra alucinante remontada contra el todopoderoso Barcelona, que llegaba a ese mágico Anfield con ventaja de 3 a 0 del primer juego.

Poco antes de la hora del partido ya había logrado la proeza de igualar la serie, con goles del belga Divock Origi, a los 7 minutos, y con un doblete en apenas dos minutos, entre el 54 y el 56, del holandés Georginio Wijnaldum.

Y como ocurre en todas las crisis, como la que hoy sufre el planeta, a veces la inventiva insospechada y la recursividad en la necesidad son la solución. Cuando el partido parecía irse a la definición por penaltis, con una jugada de pillo, Trent Alexander-Arnold, en el minuto 79, sacó al conejo del sombrero.

Mientras la defensa del Barcelona, distraída y confiada, no se ubicaba a la espera de un cobro elevado de un córner, el lateral inglés jugó la bola de inmediato y a ras de pasto hasta los pies de Origi, que ejecutó el milagro en la red: 4-0 y Liverpool lograba otra vez torcer el destino.

Fue como si conectara con una manguera de jardín, una botella plástica de gaseosa a un respirador para darle una bocanada de aire, de vida al Liverpool.

“Sigue a través del viento, / sigue a través de la lluvia / aunque tus sueños se rompan en pedazos…”, como se canta a gritos en Anfield

Es el corredor estrecho de un hospital del Reino Unido: médicos, enfermeras, conductores de ambulancia y paramédicos que se juegan la vida en esta pandemia, que enfrentan minuto a minuto a la muerte invisible, saben que nunca caminan solos y que por más oscura que sea la noche, toda situación puede revertirse, como ya lo ha hecho el Liverpool.

Hoy, cuando la incertidumbre es nuestra única certeza, ese himno, su himno, uno de los más bellos y significativos del fútbol, lo cantamos todos, hinchas y no fanáticos, desde adentro de cuatro paredes como lo piden los médicos del mundo entero: “You’ll never walk alone”. “Camina con esperanza en tu corazón / y nunca caminarás solo”.

Gabriel Meluk
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta



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