La tecnología y especialmente la conectividad ha llegado para hacernos más cómoda la vida dentro de nuestro automóvil. El WiFi, el bluetooth, las aplicaciones multimedia y actualizaciones OTA con nuevos servicios, todos estos avances han servido para mejorar la experiencia de conducción, e incluso mejorar nuestra seguridad al volante, siempre que se hagan un buen uso de ellos.
Sin embargo como hemos podido ver en más de una ocasión precisamente esa mayor dependencia de la tecnología ha abierto la puerta a posibles hackeos que pueden comprometer nuestra seguridad y también nuestra privacidad.
Llega entonces la gran pregunta ¿Comodidad o ciberseguridad? Es justo lo que plantean en un articulo de la web HackerCar que ha consultado a algunos expertos en ciberseguridad para tratar de encontrar una respuesta para este conflicto.
Información valiosa, no solo para hackers
Sin embargo no parece haber una respuesta sencilla ni apta para todo el mundo, como señala Carlos Sahuquillo, consultor de ciberseguridad del automóvil en GMV «Podríamos decir que el debate se inclina hacia un lado u otro de la balanza dependiendo del ‘apetito del riesgo’ del usuario o conductor del vehículo» señala. «Algunos elementos, como el sistema multimedia, colaboran en hacernos el trayecto más cómodo. Sin embargo, tienen un impacto muy grande en la privacidad del conductor, pues almacenan todos los datos que le proporciona el vehículo (GPS, velocidad del coche, paradas, incluso si se ha encendido el aviso del cinturón o se ha abierto la puerta del acompañante)».
Todo esto, según explica, podría ser información que en algún futuro podría por ejemplo compartirse con las aseguradoras, lo que podría dar lugar a que nos puedan subir la prima del seguro si cometemos infracciones como conducir demasiado rápido. Incluso si utilizamos un coche de alquiler y dejamos los datos en él, una persona con malas intenciones que lo coja después podría conocer muchos datos nuestros, como dónde hemos estado y durante cuánto tiempo. Por todo ello Sahuquillo también advierte de la proliferación de apps para nuestro móvil centradas en nuestro coche y que según él son una peligrosa manera de llevarnos esos riesgos que podría sufrir nuestro coche «a casa». Incluso algo a priori tan insignificante como conectar nuestro coche al WiFi de casa para realizar actualizaciones puede ser un riesgo si no tenemos nuestra red debidamente protegida.
«¿Os imagináis que un ataque de este tipo bien orquestado pudiera enviar a nuestro coche un software malicioso? ¿Y que ese programa anulara algunos de los sistemas de seguridad del vehículo? Puede parecer ciencia ficción, pero los firmware modificados están disponibles para cada vez más dispositivos. Es cuestión de tiempo que lleguen a nuestros vehículos» advierte Shauquillo.
La clave: Saber configurar (y elegir) bien nuestro coche
Con todo, según Alejandro Aliaga, la verdadera clave es buscar ese término medio y no llegar nunca a los extremos, pero para eso habrá que hacer un esfuerzo extra, no solo a la hora de configurar el sistema de nuestro coche, sino incluso a la hora de elegir coche. «Son muchas las marcas que, a pesar de tener una gran capacidad de obtención de datos de los vehículos, nos permiten en los menús de configuración adaptar qué información queremos o no que se transmita hacia los servidores que se encuentran en la cloud del proveedor. Por tanto, deberemos ser nosotros mismos los que, conscientes de la importancia que tiene la información que generamos, hagamos un esfuerzo para configurar adecuadamente todos los parámetros y aplicaciones. Así evitaremos exponer más datos de los que deseamos«.
Y añade «Quizás ha llegado el momento de tener en cuenta otros criterios que no sean mecánicos o estéticos a la hora de seleccionar nuestro vehículo. En un corto espacio de tiempo, deberemos valorar también aspectos como la protección de los datos, qué información recopilan los coches de nosotros o qué tratamiento hacen de los mismos. La ciberseguridad ya es un factor decisivo a la hora de seleccionar un vehículo».
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