A río revuelto, ganancia de emprendedores


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Con el surgimiento del coronavirus SARSCov2 responsable de la enfermedad Covid-19, la humanidad tiene ante sí un reto de múltiples dimensiones -una hidra de varias cabezas- que ha puesto a prueba la capacidad de reacción de cientos de países para poder hacer frente a este padecimiento.

Así como el coronavirus ha alcanzado más de tres millones de contagios y cobrado la vida de 213 mil personas en 180 países (de diciembre de 2019 a la fecha según la Organización Mundial de la Salud), esta pandemia también ha puesto en jaque al sistema inmunológico de las economías a nivel mundial: armadoras, manufactureras, productoras de alimentos, servicios de salud, movilidad, educación, tecnología, entretenimiento, turismo y un larguísimo etcétera de los rubros que componen la economía de cada país.

Ante este escenario, es imposible que no se vea afectada la estabilidad monetaria y social de millones de personas que dependen directamente de estos sectores para llevar el sustento a sus hogares.

Y son precisamente las empresas y empresarios quienes debemos asumir el papel de glóbulos blancos, generar anticuerpos y hacer un gran frente que luche por mantener vivas las economías en nuestros países.

Si bien mi ensayo no contiene la fórmula secreta para lograr la cura económica contra los estragos del coronavirus, sí comparte el punto de vista de un empresario que busca reinventarse y adaptarse a este nuevo escenario, pues así como tú y como yo, afuera hay miles de emprendedores que perseguimos el mismo objetivo: cuidar nuestras inversiones, procurar las fuentes de empleo de nuestros colaboradores y salir batientes de este padecimiento global.

En México las Micro, Pequeñas y Medianas empresas (Mipymes) somos un eje fundamental para la economía nacional: de acuerdo con el padrón del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se tiene un registro de cuatro millones 926 mil empresas existentes, que representan el 72% de los empleos en el país, algo así como el 52% del Producto Interno Bruto nacional (PIB).

Date cuenta: Los empresarios de todos giros, tipos y tamaños, somos un gran bloque que hace latir el corazón económico de nuestro México y no podemos ni debemos bajar la guardia; la mitad de la economía mexicana depende de nosotros y con ello, la estabilidad de 130 millones de mexicanos.

Hagamos un poco de memoria: esta no es la primera vez que algo así ocurre: si bien en 2009 la llegada de la Influenza AH1N1 no tuvo la cantidad de contagios, decesos y el impacto económico que hoy estamos atestiguando por causa del Covid-19, sí afectó el tren de vida y la economía de millones de personas en todo el mundo. Aquello fue una probadita, un ensayo de pandemia del cual muy poco aprendimos y la realidad como un boomerang, vino de vuelta a golpearnos como humanidad, sólo que en esta ocasión lo hizo con mucha más fuerza. Esto no se debe repetir, la resiliencia debe de marcar nuestro actuar. Recuerden que la vida es un constante ciclo de lecciones y así como esto habrá de terminar, también volverá a repetirse.

El coronavirus es un reto que ha puesto a prueba la inventiva y la capacidad adaptativa del empresario mexicano y si sumamos la falta de apoyo a la Iniciativa Privada por parte del gobierno, el reto se magnifica. Habrá muchas empresas que mueran luchando y es tarea de todos que sean las menos posibles. Por ello, si algo debemos aprender de esta pandemia es que las mujeres y hombres de negocios debemos tener una característica obligada: flexibilidad.

Hay dos grandes ejemplos de reconversión que me encantaron y que quisiera retomarlos para ustedes:

Un gran modelo de adaptabilidad es la armadora automotriz Volkswagen, la cual ante el paro en la comercialización de vehículos y refacciones, decidió incursionar en la producción de prototipos de respiradores artificiales para cubrir la demanda de las instituciones de salud que atienden a los pacientes diagnosticados con Covid-19. La firma alemana espera que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) avale los prototipos y de ser así, diariamente se producirían 90 ventiladores que serían donados a clínicas y hospitales de todo México.

El otro ejemplo es el gigante del ramo cervecero Grupo Modelo, quien decidió separar el alcohol del proceso de fermentación de la Corona Cero para producir gel antibacterial y donarlo a las clínicas y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En tan solo un mes, han donado más de medio millón de litros de gel para reducir la posibilidad de contagios por Covid-19 entre su personal y los derechohabientes que diariamente acuden a los nosocomios a recibir atención médica.

Pero así como hay grandes empresas que en cuestión de días se han logrado reinventar para mantener a su personal en activo y además aportar un granito de arena en la lucha contra el coronavirus, ¿cuántas notas no hemos visto en Facebook, Twitter y los medios tradicionales sobre micro y pequeños empresarios que están adaptándose rápidamente a las condiciones actuales del mercado? Pequeñas textileras que dejaron de producir ropa para confeccionar cubre bocas, cofias y overoles; comerciantes que incursionaron en la producción y venta de mascarillas; ingenieros que decidieron brindar servicios de limpieza y desinfección; restauranteros que donan comida para el personal médico; universitarios que brindan servicios de paquetería regional, entre muchos otros.

¿Cuántos mensajes no hemos en WhatsApp de contactos que se dedicaban a equis cosa y por la contingencia comenzaron a incursionar en un negocio relacionado con la sanitización de espacios, venta de cubre bocas, gel antibacterial, mascarillas de protección o lo que sea que esté relacionado a la contención de la enfermedad? Esa es la capacidad de los empresarios mexicanos –chingones- que son flexibles y se adaptan a las circunstancias para seguir adelante con sus proyectos.

Ninguna crisis es permanente y afortunadamente hay miles de emprendedores y empresarios que no están cometiendo el pecado de “esperar” a que la tormenta pase; se están adaptando a la situación con una serie de estrategias que buscan vacunar a sus negocios contra este virus mundial: reconversión productiva, personal haciendo home office, incursión en el marketing digital, servicios a domicilio, convenios con plataformas de comercio electrónico, etc.

Pero no solamente quiero hablar por y para empresarios, quiero ir un poco más allá. Si tú que me lees eres empleado o auto empleado, esto también te interesa: si por las restricciones sanitarias tu actividad productiva, fuente de ingresos o salario se está viendo afectado, este es el momento perfecto para aprender a administrar tus recursos.

Usa con inteligencia tus ahorros y si te es posible, encuentra una actividad alternativa que supla temporalmente tu empleo formal. Recuerda que no necesitas grandes cantidades de dinero para iniciar tu propia empresa; encuentra una idea y una oportunidad de negocio y ponlas a trabajar. Ya lo dice el dicho, a río revuelto, ganancia de EMPRENDEDORES. ¿Así iba, no?

Con la participación de sociedad y gobiernos habremos de frenar los contagios de Covid19 y su curva estadística habrá de allanarse para dar paso al reinicio de las cadenas productivas, sin embargo, debemos estar conscientes de que las actividades cotidianas tendrán que ir retomando su ritmo paulatinamente; empresas y empresarios debemos aprender a convivir con el coronavirus hasta que este cumpla su ciclo. Nada volverá a ser como antes. Recuperaremos cierta tranquilidad, pero la nueva normalidad será un tanto diferente a lo que estábamos acostumbrados.

¿Por qué lo digo? Con esta pandemia debemos entender que las medidas de saneamiento llegaron para quedarse. No vamos a estar usando cubre bocas todo el tiempo, tampoco seamos tan alarmistas, pero sí tengamos presente el fortalecer nuestros hábitos de higiene personal, promover en fábricas y oficinas el constante lavado de manos, así como el uso de gel antibacterial; sanitizar periódicamente industrias, escuelas, negocios, salas de cine, centros de convenciones y plazas comerciales. Y finalmente exijamos a los gobiernos la constante desinfección de calles, banquetas, plazas públicas, mercados y sistemas de transporte público masivo, como un ejercicio de prevención permanente.

En Elige México también hemos logrado adaptarnos a las circunstancias, por ello, decidimos arrancar con un nuevo modelo de emprendimiento social: como muchos otros, empezamos a distribuir gel antibacterial, mascarillas y cubre bocas; con las utilidades por la venta de estos artículos, decidimos hacer despensas (armadas con productos de mercados y pequeños comercios cercanos a cada una de nuestras 32 embajadas) para donarlas a familias de las zonas más desprotegidas en los 31 estados y en la Ciudad de México.

Sé que hablo por empresarios y emprendedores mexicanos cuando digo que ningún virus es suficientemente fuerte para quebrantar el deseo de dar valor y seguir aportando al crecimiento de nuestro país. No descansaremos en la noble tarea de contribuir con un granito de arena en favor de nuestro México.

Fuente de la Noticia

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