Redacción
La Planta de Regasificación del Pacífico tendría como fecha prevista de la entrada en operación en el segundo semestre del 2024.
Así lo señala una imagen alusiva al proyecto que se observa durante el Congreso de Naturgas, que se realiza en Cartagena.
Pero la Asociación Nacional de Gas Natural aún tiene dudas sobre su construcción.
En febrero pasado, la gobernadora Valle, Dilian Francisca Toro, reveló que el ministerio de Minas le anunció que la obra ya había sido aprobada. Sería la segunda del país después de la que funciona en Cartagena.
Se esperaba que la licitación saliera a mitad de este año, aunque la mandataria advertía que dependería de los tiempos de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg).
No estamos en contra. Tenemos inquietudes frente al precio de la infraestructura, en especial del gasoducto. Quién lo paga y quién se beneficia
Para Cabrales, las térmicas en el interior del país deberán asumir parte de ese costo.
“Ellas se van a beneficiar de esa infraestructura. Deberían participar desde el principio, asegurando parte de esa capacidad; pagar, por lo menos, el 50 por ciento de esa capacidad”, dijo Cabrales. Para Naturgas, es importante, a la hora de tomar la decisión de hacer esa segunda planta regasificada, asegurarse primero de que el sector técnico participará en todo este proceso, pero desde el principio porque será uno de los grandes consumidores. “No podemos meternos en una infraestructura sin saber a quién estamos beneficiando”, dijo.
Otra de las inquietudes es quién asumirá el costo del gasoducto Yumbo- Buenaventura que se tendrá que hacer primero para pasar a la planta.
“Hay que mirar una decisión de tanta trascendencia para todos”, anotó el presidente de Promigas, Antonio Celia. Para esa compañía, la planta no es necesaria tan pronto y le correspondería al próximo Gobierno pronunciarse. “Hay que pensar bien eso. Vale la mitad hacer un gasoducto por Medellín”, señaló Celia, para quien la planta regasificadora tendría un costo entre 700 y 900 millones de dólares.
Según el cartel que está en la entrada del recinto donde delibera el Congreso de Naturgas, la adjudicación sería en el cuarto trimestre del 2018. El costo de esta segunda planta regasificadora, que le permitiría al país contar con una segunda opción para el abastecimiento de gas natural licuado, lo que es ya tendencia mundial, se estima en unos 400 millones de dólares.
“Superaría la dependencia del suroccidente de un único gasoducto ante eventos terroristas o algún desastre. Realmente, es incomprensible la oposición de la industria petrolera y de gas”, había sostenido Jorge Iván Ospina, cuando era senador.
Fuente El Tiempo
