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Aislamiento inteligente: esta es la propuesta de McKensey para reiniciar la economía – Sectores – Economía

Aislamiento inteligente: esta es la propuesta de McKensey para reiniciar la economía - Sectores - Economía



La decisión presidencial de extender el confinamiento obligatorio de los colombianos, hasta el 27 de abril, dará un margen de tiempo valioso para afinar la estrategia que permitirá iniciar lo que se viene ventilando en el país: el aislamiento inteligente, que no es más que buscar un equilibrio entre la protección de la salud de los ciudadanos y el reinicio gradual de la actividad económica.

Una respuesta a ese dilema, en el que no solo está Colombia, sino cientos de naciones del mundo, es el modelo que plantea la firma de consultoría McKinsey, según el cual se necesita actuar en dos frentes: salvar vidas y asegurar el bienestar del ser humano, es decir, mantener las condiciones para que se pueda alimentar, generar ingresos y disfrutar.

El impacto de los esfuerzos para suprimir el virus puede ser el mayor golpe que hayamos sufrido en los últimos 100 años. Si no logramos detener el virus, muchas personas morirán. Del mismo modo, si los esfuerzos por frenar la pandemia provocan daños severos al tejido social y económico, miles de personas sufrirán en el mediano y largo plazo. El mundo necesita actuar en ambos frentes”, señala el informe.

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Las tareas para aplanar la curva de contagio se vienen realizando en Colombia, lo que da pie para poner en el visor el cuándo y cómo reabrir la economía. La propuesta de McKinsey parte del hecho de que cada región puede tener una capacidad diferente para reanudar su actividad.

El momento justo depende de varios factores, el principal de los cuales y, de hecho, el más obvio es la cantidad de casos en un área determinada. “En las regiones con altas tasas de transmisión, el reinicio de la actividad económica conduciría un aumento de la propagación. Las cifras de casos y, aún más importante, de hospitalizaciones deben ser suficientemente bajas para que el sistema sanitario pueda manejarlos individualmente y no a través de medidas masivas”, señalan los expertos.

La propuesta sugiere que en cada país se podría trazar subregiones nacionales (departamentos o provincias, municipios, ciudades, zonas de influencia de hospitales, etcétera) para evaluar en qué momento cada una podría dar inicio a cierto tipo de actividad económica.

Si los esfuerzos por frenar la pandemia provocan daños severos al tejido social y económico, miles de personas sufrirán en el mediano y largo plazo

Andrés Cadena, socio de la firma de consultoría, agrega que, de hecho, en el país hay alrededor de 7 sectores que, en medio de la cuarentena, siguen operando. “El agro, para el abastecimiento de alimentos; el de las cadenas de suministro, el de salud, parte del transporte, seguridad, el minero energético y el de telecomunicaciones”.

De esa misma forma, hay otras ramas de la economía, regiones e individuos que no necesitan las mismas restricciones generales y podrían reabrir gradualmente parte de su actividad en línea con la disminución de la crisis de salud pública.

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Para adelantar el escalamiento de los que pueden hacerlo, McKinsey elaboró una matriz dinámica en la que son claves las métricas. Por ejemplo, “contar con un entendimiento de la estructura económica de cada región le permite a los gobiernos identificar rápidamente lugares donde la reanudación de las actividades es viable. Para lograrlo, deben evaluar tanto el riesgo de transmisión como la importancia económica relativa de cada sector”, señalan los expertos.

Establecieron 4 etapas de preparación que incluyen robustez del sistema de salud pública y nivel de control para la propagación del virus, por ejemplo.

Habrá unas regiones en una etapa, luego pasarán a otra y así, según su grado de preparación.

Un punto clave es que, a medida que los distintos sectores comiencen a regresar al trabajo, las autoridades tendrán que instituir protocolos de salud y de conducta para reducir el potencial de contagio.

“En casi todos los sectores, las empresas necesitarán protocolos para mantener la distancia física y prevenir la aparición de nuevos casos. Estos incluyen: trabajo remoto, directivas de salud e higiene, monitoreo frecuente de la temperatura corporal para la detección temprana de nuevos casos, reporte de información relevante a las autoridades sanitarias y medidas para asegurar el cumplimiento”, señala el informe.

En Colombia es claro que existen regiones con bajo nivel de contagio que no necesariamente son las de mayor dinámica en la producción. Sin embargo, hay otras que tienen un fuerte aporte en materia de empleo. “Un entendimiento de la importancia económica relativa de cada región permite a los líderes identificar rápidamente lugares donde una mayor cantidad de puestos de trabajo están en riesgo, lo que a su vez puede ayudarlos a priorizar los esfuerzos para mejorar la atención de la salud”, expresan los investigadores en el estudio.

‘Hay que convivir con el virus mientras esté con nosotros’

Tres preguntas a Andrés Cadena, socio senior de McKensey en Colombia.

¿Con qué sectores y en qué regiones debería iniciarse una apertura gradual de la economía en Colombia?

Estas decisiones son muy difíciles y muchas vidas humanas dependen de ellas. El manejo responsable de esa información es clave para no generar pánico y desconfianza en una población que ya está angustiada y muchas veces desinformada.

¿Cómo debería manejarse el tema de independientes para su retorno a la actividad?

Esas respuestas les corresponden a las autoridades, quienes son las que tienen la información suficiente para poder darlas. Nosotros no hemos estimado nada, lo que hemos dicho es que vale la pena tener escenarios adicionales y estrategias de acción que protejan al mismo tiempo las vidas y el bienestar de los colombianos.

Qué tiempo debería durar el aislamiento inteligente.

Las cuarentenas sirven para 3 cosas: demorar la velocidad de propagación del virus, fortalecer las capacidades hospitalarias y de detección y aislamiento de contagiados, y prepararse para seguir viviendo luego de la cuarentena. Porque la vida sigue. Esto último es lo que se llama aislamiento social preventivo, que puede pensarse bien o no, y preparar mejor a la población o no para convivir con el virus mientras esté con nosotros. Mientras no exista vacuna, parecería ser relevante en esa etapa postcuarentena pasar de soluciones promedio (aislar a todos) a soluciones diferenciadas por región, sector e individuos con protocolos que nos permitan poco a poco retomar nuestras vidas exponiéndonos menos.

ECONOMÍA Y NEGOCIOS



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