Algunos han llamado a esta zona un «desierto de partos». Una enfermera partera está trabajando para cambiar eso

Jeanine Valrie Logan estuvo sentada en el tráfico durante casi dos horas mientras estaba de parto de su tercer hijo.

Logan estaba decidida a tener a su hija en un centro de maternidad, un tipo de pequeño establecimiento especializado en partos, que suele contar con parteras. Pero no había ningún centro de maternidad cerca de su casa en los suburbios del sur de Chicago, por lo que viajó casi 30 millas.

«No soy una anomalía», dijo Logan, refiriéndose al tiempo que le llevó llegar al centro de maternidad. «La gente merece tener ese acceso en su propia comunidad».

Ahora, seis años después, Logan está trabajando para hacer realidad esa creencia. Logan, que es enfermera partera certificada, trabajó con legisladores en los últimos años para ampliar el número de centros de maternidad permitidos en Illinois y está buscando el permiso de una junta estatal para abrir un nuevo centro de maternidad en el lado sur de Chicago.

Si se aprueba, sería el primer centro de maternidad en el South Side, un área con una población mayoritariamente negra que enfrenta desafíos relacionados con el embarazo y el parto. Las mujeres negras en Illinois tienen significativamente más probabilidades que las mujeres blancas de morir por afecciones relacionadas con el embarazo y sufrir complicaciones graves durante el embarazo o el parto. Varios hospitales del South Side también han cerrado sus unidades de maternidad en los últimos años.

«No hay muchas opciones para dar a luz o incluso recibir atención prenatal, por lo que el centro de maternidad de Chicago (South Side) realmente va a llenar un vacío», dijo Michelle Adeniyi, directora de Impacto Colectivo de Salud Materna e Infantil de March of Dimes en Chicago, que ha expresado su apoyo al proyecto. «Creemos que todas las mujeres, pero especialmente las mujeres que están marginadas y que ya carecen de acceso a una atención de calidad en South Side, merecen esa atención de maternidad segura y de alta calidad».

Es un proyecto en el que Logan, quien dijo que ha trabajado en partos durante casi dos décadas, se ha centrado desde 2020.

Logan siempre pensó que era extraño que Illinois no tuviera más centros de maternidad. Dio a luz a sus dos primeras hijas en casa en 2010 y 2014, bajo el cuidado de parteras, porque no había centros de maternidad en el estado en ese momento, dijo.

«Sabía lo que sería ir al hospital como mujer negra, así que elegí buscar una partera para tener un bebé en casa», dijo Logan, señalando que los prejuicios raciales en la atención médica pueden significar experiencias difíciles para las mujeres negras en los hospitales.

Los legisladores de Illinois aprobaron un proyecto de ley que permitía los centros de maternidad en 2009, pero el primero no abrió hasta años después. Como partera, Logan se sintió llamada a la acción en 2020, cuando la muerte de George Floyd desató disturbios en todo el país y después de que varios hospitales de South Side cerraran sus unidades de maternidad, en algunos casos para hacer espacio para más pacientes de COVID-19. Los hospitales comunitarios de todo el estado han estado cerrando sus unidades de obstetricia en los últimos años, a menudo citando los costos y el bajo número de pacientes.

«Nuestras opciones no se estaban expandiendo en el lado sur», dijo Logan. «Se estaban reduciendo».

Trabajó con legisladores que aprobaron un proyecto de ley en 2021 ampliando el número de centros de maternidad permitidos en Illinois de 10 a 17 y permitiendo que más centros sean administrados por entidades distintas a hospitales o centros de salud calificados a nivel federal.

Logan se puso a trabajar para encontrar financiación y patrocinadores para el centro de maternidad sin fines de lucro. Hasta ahora, Logan dijo que ha recaudado $1.9 millones a través de subvenciones y financiación colectiva, incluidos $1.5 millones comprometidos por la organización filantrópica Chicago Beyond, que también ha estado apoyando a Logan con salario y beneficios mientras ha llevado adelante el proyecto.

Logan compró recientemente un antiguo edificio de iglesia en el barrio de South Shore para albergar el centro. Tiene previsto que el centro incluya tres salas para dar a luz, tres salas para visitas prenatales, oficinas para el personal y espacio para las familias. El centro también ofrecería atención prenatal y otros servicios de salud, así como clases comunitarias sobre el parto, la lactancia materna y otros temas.

El centro no ofrecería epidurales ni medicamentos para inducir el parto, aunque tendría medicamentos para ayudar a detener el sangrado y tendría anestesia local, como para las mujeres que necesitan puntos de sutura después del parto.

Sólo las mujeres con embarazos de bajo riesgo podrían dar a luz en el centro. Si las pacientes tuvieran problemas durante el parto y necesitaran más intervención médica, el Hospital Advocate Trinity ha aceptado el traslado de pacientes desde el centro.

La idea detrás del centro es tratar el embarazo y el parto como estados de bienestar, en lugar de estados de enfermedad que requieren intervenciones médicas intensas, dijo Logan. Ella espera que el centro pueda atender a unos 225 bebés en su primer año.

El Centro de Maternidad de la Zona Sur de Chicago podría abrir en 2026, si el proyecto obtiene la aprobación estatal y se aseguran los 7,1 millones de dólares necesarios. Logan, con el apoyo de Chicago Beyond, presentó recientemente una solicitud a la Junta de Revisión de Servicios e Instalaciones de Salud de Illinois para la aprobación del proyecto.

Liz Dozier, fundadora y directora ejecutiva de Chicago Beyond, dijo que la decisión de ayudar a Logan a abrir el centro era «una obviedad», dadas las disparidades en los resultados de salud materna entre las mujeres negras y blancas, así como el estado de la atención obstétrica en el South Side. Logan ahora es líder residente en Chicago Beyond.

«Tenía todo el sentido pensar en que este centro de maternidad se encontrara en el lado sur de Chicago», dijo Dozier. «No hay que buscar muy lejos, teniendo en cuenta lo que ha sucedido con los hospitales y el acceso a la atención médica en el lado sur».

Algunos incluso se han referido al South Side como un «desierto de partos». Desde 2019, tres hospitales del South Side han cerrado sus unidades de obstetricia, incluidos Jackson Park Hospital and Medical Center, St. Bernard Hospital and Health Care Center y Insight Hospital and Medical Center Chicago (antes llamado Mercy Hospital). Eso ha dejado solo unos pocos hospitales con unidades de obstetricia que prestan servicios en el South Side, incluidos University of Chicago Medical Center, Roseland Community Hospital y Advocate Trinity Hospital.

«Hay grandes extensiones de tierra que no tienen una unidad de obstetricia, lo que obliga a las personas a abandonar sus vecindarios y comunidades para encontrar proveedores en los que confíen y deseen», según la solicitud del centro de maternidad a la Junta de Revisión de Servicios e Instalaciones de Salud de Illinois, que debe aprobar el proyecto para que pueda seguir adelante. «Estos cierres de unidades de obstetricia provocan una enorme falta de continuidad en la atención a las embarazadas».

Los cierres se produjeron en una zona que enfrenta mayores riesgos relacionados con el parto y el embarazo. La población de South Shore y sus alrededores es mayoritariamente negra y, en Illinois, las mujeres negras tenían tres veces más probabilidades de morir por afecciones médicas relacionadas con el embarazo que las mujeres blancas entre 2018 y 2020, según un informe del departamento de salud estatal sobre morbilidad y mortalidad materna. La tasa de mujeres negras que sufrieron complicaciones graves durante el embarazo o el parto fue más del doble que la de las mujeres blancas.

«La explicación de por qué esto ocurre en un país como Estados Unidos es amplia y profunda», dijo la Dra. Robin Jones, obstetra y ginecóloga del Sistema Universitario de Salud Rush y presidenta del Comité de Revisión de Mortalidad Materna del Departamento de Salud Pública de Illinois.

Según el informe estatal, las disparidades pueden deberse a diversos factores, como el acceso a seguros médicos, el acceso a servicios de atención médica de calidad y leyes y políticas que generan una distribución desigual de los recursos que puede dejar a algunos grupos vulnerables a los riesgos de salud. Según el informe, la pobreza, la educación, el empleo, la vivienda, la disponibilidad de servicios de guardería, el transporte y la seguridad en el vecindario influyen en la capacidad de la mujer para estar sana.

Se necesitarán muchos recursos financieros, programas comunitarios y cambios para eliminar las disparidades, pero Jones espera que el centro de maternidad ayude.

El centro de maternidad no tiene como objetivo reemplazar a un hospital, pero podría significar que más mujeres del South Side reciban atención más cerca de casa, dijo Jennifer Jaume, directora clínica del Birth Center of Chicago en el North Side. Jaume dijo que entre el 20% y el 30% de las pacientes de su centro en el North Side ahora viajan allí desde el South Side.

«Los centros de maternidad deberían contar con una comunidad muy local, y en este momento la gente recorre grandes distancias para recibir esta atención tan especializada, pero ese no es realmente el modelo ideal», dijo Jaume. «Buscan autonomía, respeto y un entorno de parto independiente donde puedan hacer realidad sus sueños de parto».

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