América Latina: preocupación por rápido regreso a tasas bajas de crecimiento | Economía

Entre hoy y mañana, el Banco de Desarrollo de América Latina, CAF, celebra su evento en Nueva York, en el que se hablará del estado de la región tras la pandemia y qué viene hacia delante para la institución. Su presidente, Sergio Díaz-Granados habla de los principales retos y comenta sobre su primer año en la entidad.

¿Qué esperan de su evento en Nueva York?

Este busca alzar la voz de América Latina y convertir a la región en un actor clave en la discusión de los desafíos y oportunidades que tiene el mundo en temas que no dan tregua, como el calentamiento global, la seguridad alimentaria, la salud, la educación y la desigualdad. CAF celebra ‘Muchas voces, una sola región’ por sus 10 años como Observador Permanente en la ONU.

(Lea: Colombia, entre los países con economías mayormente restrictivas). 

¿Cómo describe su primer año al frente de CAF?

Hemos logrado hitos como la capitalización por US$7.000 millones, que permitirá duplicar la cartera al 2030 y ofrecer un apoyo técnico y financiero más eficiente. También en este año, Chile, Costa Rica, El Salvador, Honduras y República Dominicana se convirtieron en miembros plenos, reafirmando nuestro compromiso de trabajar a favor de la integración. Otro son los más de 30 acuerdos promovidos con entidades estratégicas que contribuyen a posicionar a América Latina como un generador de soluciones para los grandes retos del desarrollo global.

¿Cómo puede ayudar la capitalización?

La región cuenta con una CAF más fortalecida para apoyar cuando más se necesita. Se enfocará en financiar proyectos de inversión públicos y privados, la movilización de recursos, la transformación digital y el fortalecimiento del enfoque de género, diversidad e inclusión. Además, los recursos nos ayudarán a transformarnos en el banco verde de América Latina, destinando US$25.000 millones en los próximos cinco años para ayudar a la región a incrementar la resiliencia climática, la transición energética, lograr un crecimiento bajo en emisiones y fortalecer la conservación del ecosistema. El financiamiento verde pasará del 24% en 2020 al 40% en 2026. 

El presidente del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el colombiano Sergio Díaz-Granados.

EFE

¿Cómo van sus objetivos?

Esperamos cerrar 2022 con un alza de cartera del 5% y con aprobaciones de US$14.800 millones. En 2023, crecer en cartera 4%, y aprobaciones superiores a US$15.000 millones.

¿La inflación puede afectar sus proyectos?

La mayoría de bancos centrales de la región desde 2021 vienen desplegado sus instrumentos para atajar este brote inflacionario, con subidas de sus tasas de interés y retiros de los estímulos. Como se adelantaron a las alzas en Europa y Estados Unidos, los activos de la región han logrado mantener rendimientos atractivos para los inversionistas, y esto ha permitido que los capitales sigan fluyendo a la región a pesar de la disminución del apetito por el riesgo. Pero tanto el ensanchamiento de los diferenciales de riesgo como el alza de las tasas han encarecido el financiamiento externo. En este contexto, CAF tendrá un papel crítico, ofreciendo una fuente de financiamiento anticíclica para sus miembros.

¿Le preocupa un menor crecimiento en la región?

Luego del fuerte rebote del año pasado, diversos indicadores de actividad comienzan a emitir señales de ralentización, en una coyuntura marcada por la desaceleración global, alta inflación, el endurecimiento de las condiciones financielas, y la incertidumbre. Preocupa que la región esté convergiendo rápidamente a tasas de crecimiento estructuralmente bajas, insuficientes para contribuir al cierre de brechas.

¿Qué perspectivas tiene para Colombia?

El desempeño de Colombia ha sido muy positivo, gracias en buena parte a la política anticíclica, pero se requieren medidas que logren un balance entre el crecimiento de corto plazo, el ajuste del gasto y la contención de la inflación. Es necesario normalizar la política monetaria e implementar la racionalización de gasto y fortalecimiento del recaudo.

(Siga leyendo: Por qué Bogotá tiene el peor tráfico de América Latina). 

El crecimiento tenderá a converger hacia su tasa potencial (un 3,2% aproximadamente), también insuficiente para revertir los efectos negativos de la crisis sobre las condiciones de vida.

¿Cómo ve la tributaria?

El país enfrenta una situación fiscal que exige medidas oportunas y estructurales. Así, las acciones del Gobierno al presentar el proyecto de reforma de manera diligente y con ánimo conciliador fueron acertadas. Una buena parte de las propuestas están bien encaminadas, como pedir un mayor esfuerzo a las personas de altos ingresos y la simplificación del sistema a través de la creación de una cédula única. Además, es adecuada en buscar la reducción de exenciones. Esperamos que la aprobación logre darse en línea con las recomendaciones.

¿Cómo ve normalizar la relación con Venezuela?

Desde CAF vemos este proceso con optimismo, y apoyaremos los esfuerzos de los dos gobiernos por dinamizar sus relaciones comerciales, mejorar sus infraestructuras físicas y promover la integración. Es importante que la relación contribuya a escalar intervenciones que promuevan la soberanía alimentaria y el impulso de proyectos productivos. También debemos trabajar en promover el cierre de brechas y la reactivación económica de la región vía el turismo.

¿Cuáles son los principales retos para Colombia?

La economía históricamente ha registrado un crecimiento que limita las posibilidades de converger a los niveles de ingreso por habitante de las avanzadas. Además, el nivel de pobreza es elevado y el crecimiento es desigual entre regiones.

Por eso, es clave aliviar los sobrecostos a la creación de trabajo formal. La administración local tiene el potencial de jugar un rol dinamizador del avance en las regiones rezagadas. Para ello se requiere un apoyo diferenciado según la fortaleza institucional local, la promoción de los centros urbanos como dinamizadores del desarrollo y aprovechar mejor las economías de escala en la provisión de bienes y servicios públicos.

¿Y en la región?

Una vez superada la pandemia se debe consolidar un crecimiento verdaderamente sostenido, inclusivo y ambientalmente sostenible. Lamentablemente, la región aún muestra uno de los más altos niveles de desigualdad en la distribución del ingreso del planeta, con índices solo superados por África Subsahariana.

(Lea: Agricultura y transición energética, claves para futuro de A. Latina). 

Estos problemas de productividad e inclusión tienen un espectro muy amplio, que abarca distorsiones en el mercado laboral, deficiencias en los sistemas de protección social y dificultades de las empresas para acceder a infraestructura de calidad y financiamiento.

PORTAFOLIO

Fuente de la Noticia

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