Análisis Galaxy Z Flip: ¿merece la pena el nuevo smartphone flexible de Samsung?

Los móviles con diseño tipo concha se pusieron de moda a finales de los 90, cuando el iPhone no era más que un boceto sobre la mesa de Steve Jobs. Y una de las marcas que fabricaban esos teléfonos era Samsung. Muy pocos podrían suponer que 20 años después los coreanos volverían a presentar un teléfono con ese ‘look’ tan característico y algo vintage que, sin embargo, cuenta con una de las tecnologías más vanguardistas del sector como son las pantallas plegables. Nos referimos al Galaxy Z Flip, un celular pensado para aquellos que añoran los tamaños contenidos sin que eso suponga renunciar a un panel de grandes proporciones cuando la ocasión lo requiera.

Ironías del destino, los coreanos fueron responsables de la actual moda imperante de móviles de gran tamaño con el lanzamiento de su primer Samsung Galaxy Note que revolucionó el sector de la telefonía móvil con su entonces descomunal pantalla. Ahora, Samsung se convierte en el abanderado de esta nueva tecnología, que permite en el caso del Galaxy Z Flip contar con un generoso panel doblado por la mitad y al mismo tiempo poder manejar un teléfono tan pequeño que parece de juguete en comparación con el resto de smartphones con proporciones mucho mayores.

Ahora bien, ¿esta nueva tecnología está tan depurada como para decantarnos por los móviles con pantallas plegables? Tras probar el Flip en profundidad, habría que reconocer que ‘sí’, aunque con matices. Su filosofía, los sacrificios en algunas de sus características técnicas para abaratar costes y, sobre todo, su precio final impedirán que se convierta en un superventas. Eso sí, sus grandes cualidades, como su pantalla que parece sacada de una película de ciencia ficción, provocarán que más de uno se enamore de este móvil tipo concha que llega para quedarse en un mercado como es el de los smartphones de lo más homogéneo y necesitado de propuestas imaginativas.

Hay que recordar que el Galaxy Z Flip no es una nueva versión del Galaxy Fold, el primer móvil con pantalla plegable de Samsung lanzado el año pasado. De hecho, el concepto es totalmente diferente. El Fold trataba de convertir un móvil con un tamaño estándar de unas 6 pulgadas en una especie de minitableta para facilitar la lectura, la reproducción de contenidos multimedia y el disfrute de videojuegos en un panel relativamente grande sin necesidad de llevar un segundo dispositivo en la mochila. El Flip, sin embargo, apuesta por volver a contar con un móvil pequeño sin renunciar a una pantalla grande, como las que tienen el resto de móviles del mercado, con sólo abrir su tapa.

Consistente mecanismo de doblaje

Por todo, más de uno se preguntará qué tal funciona su sistema de apertura de 180 grados. Pues bastante bien, la verdad. Desplegar la pantalla de 6,7 pulgadas Amoled con resolución Full HD+ (2636 x 1080), 425 puntos por pulgada y formato 22:9, oculta en su interior es facilísimo y el mecanismo de bisagra da mucha seguridad por su consistencia y robustez. Algo que no sucedía con las primeras versiones del Fold, del que podríamos ver en breve la llegada de su segunda generación.

Quizás la única crítica que se le puede achacar al Flip es, precisamente por esa robustez, que se precisan de las dos manos para poder abrirlo. Se echa en falta la ausencia de un botón que podría realizara esa función de forma automática. Que tomen nota los de Samsung para futuras versiones. También, para ser honestos, hay que reconocer que el pliegue del panel se nota. Menos que en el caso del Fold y sin llegar a molestar o impedir una correcta visualización, sobre todo cuando el fondo es blanco, pero está ahí y lo veremos presente desde la primera vez que encendemos el móvil.

El Flip también cuenta con otra función muy interesante si decidimos no desplegar totalmente su pantalla. Podemos formar un ángulo de 90 grados y contar así con dos paneles de menor tamaño que funcionan de forma independiente. De esta forma, podemos ver un vídeo en la parte superior mientras contestamos un correo electrónico en la inferior. Puede que parezca una tontería pero entonces el nuevo móvil de Samsung gana muchos enteros en materia de productividad.

Selfies sin abrir el teléfono

Para no estar desplegando la pantalla todo el tiempo, Samsung ha incorporado una diminuta pantalla exterior en la que podremos ver la hora y las notificaciones. También tiene una novedosa característica que crea adicción cuando te acostumbras a ella. Utilizarla para hacer selfies con la doble lente trasera aprovechando el diseño tipo concha, lo que se traduce en fotografías de mayor calidad que si lo hiciéramos con la delantera. Pese a su diminuto tamaño, es casi imposible meter la pata a la hora de hacer un autoretrato con la cara cortada. Desde luego,son esos pequeños detalles los que a la larga facilitan la vida y marcan la diferencia respecto a otros productos de la competencia.

Hablando de fotos, en un intento por abaratar costes, lo que más decepciona del Flip es contar con tan sólo una cámara dual de 12mpx, una de ellas con gran angular eso sí, cuando casi toda la competencia apuesta por tres o cuatro lentes incluso en sus gamas más bajas. Lo mismo sucede con el procesador fotográfico elegido, que no es precisamente malo al tratarse del mismo sensor que el del Note 10+ del año pasado, aunque obsoleto si lo comparamos con el que monta el Galaxy 20 Ultra de este año con sus 108mpx. Por si fuera poco, su cámara frontal para selfies es de 10 megapíxeles con apertura f/2.4, que tampoco emociona, aunque cumple su labor con solvencia.

Carga rápida

Sobre el resto de características, son las típicas que cabe esperar de un móvil de gama alta gracias a sus 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento interno. No es necesario insistir que el Flip vuela con cualquier tarea que se le ponga por delante, incluidos los videojuegos más exigentes, aunque algunos de ellos no ocupen la totalidad de las dos pantallas. En el caso de aplicaciones como YouTube, nos permite ampliar la imagen para que ocupe toda la superficie disponible aunque eso trae consigo el recorte de la misma por lo que muchas veces evitaremos optar por esa posibilidad.

Y no nos olvidemos que su batería dual de 3.300 mAh, que nos permite llegar al final del día sin necesidad de ponerlo a cargar en condiciones de uso normales(cuenta con carga rápida de 15W e inalámbrica). También hay que mencionar su sensor de huellas instalado en el botón lateral de encendido y que funciona realmente bien. Todo un hallazgo en un momento en el que los sistemas de reconocimiento facial están de capa caída debido al uso de mascarillas para protegerse del coronavirus.

Quizás llegados a este punto, cabe preguntarse si merece la pena hacerse con un móvil plegable que vale 1.500 euros y que, una vez desplegado, ‘sólo’ nos aporta una pantalla de 6.7 pulgadas, mientras que existen en el mercado celulares más baratos, con paneles más grandes y con mejores cámaras. En ese sentido, parece claro que el Flip, disponible en Europa en dos colores (negro y morado), apunta a un tipo de consumidor muy concreto: el que echa de menos los móviles pequeños e incluso los de la época pre-smartphone. Para ellos, tener un móvil con lo último de lo último puede ser una tentación demasiado grande para poder resistirse a ella pese al inconveniente de su alto precio.

Eso sí, cuando Samsung y el resto de fabricantes sean capaces de abaratar los costes de este tipo de celulares (de momento ya cuesta 500 euros menos que el Fold), podremos asistir a una auténtica revolución de un mercado muy necesitado de tecnologías verdaderamente disruptoras para poder seguir creciendo. Y está claro que el Z Flip es uno de los pioneros de esta nueva generación de smartphones que tiene todos los papeles para pasar a la historia.

Fuente de la Noticia

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