Los restos de un asentamiento humano de la civilización huasteca precolombina fueron identificados por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Tamaulipas, México, según un anuncio hecho la semana pasada. Los investigadores lo calificaron como uno de los hallazgos más importantes de la región en las últimas décadas por la cantidad de material recuperado.
En el sitio arqueológico El Naranjo, que estuvo activo hace más de un milenio, se encontraron los cimientos de cuatro grandes montículos de tierra. El área se utilizó para cementerios, así como un lugar para las actividades diarias.
El equipo ha excavado dos de los cuatro montículos hasta el momento. Con 66 pies de diámetro, el Montículo 4 contenía múltiples entierros de adultos que estaban adornados con aretes hechos de cuarzo verde y conchas, algunas talladas en forma de flores. Dentro del Montículo 1, que mide 98 pies de diámetro, había varios otros entierros y una tumba de adulto dentro de una estructura de piedra caliza.
De particular interés para los investigadores es la calidad de los montículos, que estaban hechos de tierra, piedra caliza y basalto. El acceso a estos materiales solo habría sido posible gracias al transporte y la mano de obra especializados. Los cimientos son similares a las casas de tierra, conocidas como casas de Bajareque, que actualmente están construyendo los habitantes de Ocampo y sus alrededores.
La antigua civilización huasteca se extendía por lo que ahora son seis estados mexicanos. Construyeron montículos subterráneos que han sido identificados en varios sitios arqueológicos, incluidos Platanito y Vista Hermosa.
El Naranjo fue excavado como parte de la construcción en curso de una supercarretera que atravesará los municipios mexicanos de Mante y Tula en Tamaulipas. Hasta ahora, la construcción ha producido una serie de hallazgos importantes. Se espera que continúen los estudios adicionales en el sitio.
