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Enamorarse sería una «adicción natural»

 

De antaño se ha dicho que enamorarse puede ser una especie de ‘ enfermedad’ (no tomar el término literal, claro), y llevar a una ‘ adicción’ hacia el sujeto amado, pues bien, según un reciente estudio estadounidense, cuando una persona es dejada por su pareja, en su cerebro se produce una actividad neuronal similar a la que provocan las adicciones.

Según los científicos, este hallazgo sugiere entonces que el enamorarse es una ‘ adicción natural‘ , tanto cuando nos da placer y felicidad, como cuando no causa dolor e infelicidad.

Los autores señalaron que cuando una persona es rechazada románticamente, esto causa un ‘ profundo sentimiento de pérdida y dolor’ que puede, incluso, desembocar en una depresión clínica y, en casos muy extremos, conducir hasta un suicidio o un homicidio.

Para identificar los sistemas neuronales implicados en estas situaciones, los expertos utilizaron una tecnología conocida como exploración de resonancia magnética funcional (IRMf), lo que les permite visualizar a través de imágenes las zonas cerebrales que ejecutan una tarea determinada.

Los participantes del estudio, tanto hombres como mujeres, habían sido recientemente ‘ abandonados’ por sus parejas, aunque aún se sentían profundamente enamorados de ellas.

Cuando los autores les mostraron fotos de sus amores, pudieron observar que se desarrollaban en ellos distintas reacciones y emociones, desde amor y buenos recuerdos, hasta dolor, tristeza y angustia ante la pregunta de porqué se había terminado la relación.

Así también, al monitorear su actividad cerebral con la IRMf, se pudo comprobar que en sus cerebros se activaban áreas con funciones muy concretas, relacionadas con la sensación de placer, felicidad, adicción y miedo.

Además, se observó que ante la observación de las fotos de sus ex parejas, los participantes mostraban mayor actividad neuronal en la corteza insular o ínsula y en la corteza cingulada anterior, ambas relacionadas con el dolor físico y con la angustia.

Ante estos datos y otra evidencia anterior similar, los investigadores sugirieron que la vía mesolímbica cerebral estaría implicada en la pasión romántica, más allá de si el amor hace o no dichosas a las personas que lo viven.

Finalmente, se recordó que la vía mesolímbica es una de las vías dopaminérgicas en el cerebro (de generación de dopamina, la hormona del placer), y que está asociada con la modulación de las respuestas de la conducta frente a estímulos de gratificación emocional y motivación, es decir, es el mecanismo cerebral que media la recompensa y que influye, por tanto, en las adicciones.

Vía Yahoo

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