Redacción
Miles de sobrevivientes de los deslizamientos de tierra todavía esperan que el gobierno les entregue la ayuda prometida. Los vecinos denunciaron saqueos en las casas desocupadas. En Nova Friburgo se agotó el agua y se venden de forma racionada productos de primera necesidad. Un total de 613 personas fallecieron y se esperan más lluvias
Los sobrevivientes de áreas remotas que todavía no recibieron ninguna ayuda transitan peligrosos senderos resbaladizos y escarpados en la selva, transportando agua y alimentos a la espalda para asistir a sus seres queridos que no pueden llegar hasta las principales regiones de esta ciudad montañosa, al norte de Río de Janeiro.
En la base de las empinadas laderas que conducen al vecindario Campo Grande, de Carvalho, fueron divisados apenas un puñado de bomberos y dos policías federales, "que ni siquiera ayudaban a la gente a transportar los suministros", según reporta El Universal de México. Se utilizan 11 helicópteros para poder llegar a las zonas remotas y 225 policías federales están en la región para poder mantener el orden.
Por su parte, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, decretó tres días de luto nacional por las personas que murieron por las torrenciales lluvias.
En tanto 225 miembros de a Fuerza Nacional de Seguridad comenzaron a patrullar barrios de los alrededores de Teresópolis donde los vecinos denunciaron saqueos en las casas desocupadas desde la tempestad.
Por ese motivo no han llegado alimentos ni agua para abastecer al comercio local y en uno de los pocos supermercados que abrió en Nova Friburgo se agotó el agua y se vendían de forma racionada productos de primera necesidad.
Vecinos denunciaron que algunos comerciantes sacan ventaja económica de la escasez y venden botellones de agua a 40 reales (23 dólares) cuando su precio normal es de unos 5 reales.
Las autoridades regionales calculan en cerca de 6.050 el número de personas que perdieron sus viviendas y en 7.780 el de las que tuvieron que abandonar provisionalmente sus hogares.
Gran parte de la población en la región serrana continúa sin el suministro de energía eléctrica, telefonía y agua.