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«Los guerrilleros, Estan enloquecidos por hacer Política»: Senador Andrade

El Congreso de la República iniciará hoy el que muy probablemente será un intenso debate en torno a un proyecto de ley clave para la fase final del proceso de negociaciones entre el Gobierno nacional y las Farc.

Se trata de la modificación a la Ley de Orden Público, que abre, entre otros asuntos, la posibilidad de crear las llamadas zonas de ubicación, donde se concentrarán guerrilleros en proceso de desmovilización.

La iniciativa llega al Congreso con más voces contrarias que favorables, luego de la aparición pública, con uniformes y armas, de guerrilleros de las Farc en La Guajira, la semana pasada.

El senador huilense Hernán Andrade, quien acompañará el estudio del proyecto, anticipó  detalles de lo que podría ser del debate del proyecto, descarta que el Huila pueda ser escenario de una de esas zonas, y advierte que los guerrilleros de las Farc están ansiosos por hacer política.
 
¿Cómo explicar qué son zonas de concentración de guerrilleros?

Debo decirles a los lectores que estén tranquilos, que nadie creía al comienzo en este proceso y que se pudiera llegar a las zonas de concentración, que no lo podemos comparar con El Caguán, estas no son zona de despeje, son zonas de concentración para que los guerrilleros, vigilados por la ONU, entreguen las armas a un tercer Estado, que normalmente esa decisión es en La Habana.
 
¿Y habrá en el Huila?

Las zonas de concentración no van a estar en el Huila, que es un paso previo necesario para la desmovilización de la guerrilla para continuar en la negociación y que esperamos superar el impasse que hoy hay con la presentación pública de la guerrilla en uniforme militar y con armas, que le causa daño al proceso de paz. Debo insistirle a la comunidad que esté tranquila, que vamos a sopesar, vamos a dar las facultades, que vamos a condicionar lo preciso, y que seguramente esas zonas de concentración no van a estar en el Huila.
 
Eventualmente, si se da una en el Huila, ¿será una decisión unilateral del Gobierno o será necesario armonizar con las comunidades?

Hay una petición de las comunidades indígenas para que no estén en sus territorios. Unilateral en el sentido del que dispone es el Presidente, pero indudablemente como dijo el alcalde de Medellín, eso tiene que pasar por las manos de un gobernante; habría que llamar al alcalde, al gobernador, yo tengo la plena confianza, por antecedentes, porque no ha habido recientemente militancia guerrillera en el Huila, no veo lógica que esa determinación sea para el Huila, podría prácticamente asegurar que no van a ser acá.
 
¿Cómo afectará lo ocurrido en La Guajira el proceso?

Desfavorablemente, porque la opinión es muy susceptible. Me impresionó de forma grave la encuesta que 15% apenas manifiesta querer seguir en las negociaciones y un 85 en contra. Hay que espera a que se baje el nivel, no podemos perder esta oportunidad de la paz, a este nivel de negociación no habíamos llegado nunca, y en efecto la guerrilla se excedió al mostrar el poderío militar, el que fuera en una zona cercana a Venezuela genera muchas suspicacias, evidentemente fue una ‘descachada’ política de las Farc.
 
¿Qué conclusiones deja este episodio?

Yo rescato que cuando estuve allá, en La Habana, siete horas en mi deber de senador, ellos están literalmente enloquecidos por hacer política, ellos creen que el pueblo colombiano los va a acoger, que la sociedad va a pensar en ellos como dirigentes nacionales, yo tengo profundas reservas sobre eso, pero avalo esa parte que ellos sí crean que el proceso va a salir adelante y que ellos puedan participar en política, porque sí prefiero en estos momentos de la negociación que participen en política a que continúen alzados en armas.
 
¿En qué condiciones tiene permiso la guerrilla para hacer pedagogía?

Sí la tiene, lo que pasa es que hay que dedicarle más tiempo a no ofender a la opinión pública, porque cómo explica uno que Timochenko, Iván Márquez y Santrich lleguen en helicóptero vigilado por el Ejército, cómo explica usted que el Ejército se retire; eso tenía su autorización. Sí tenían permiso para vender el acuerdo de paz pero no midieron que estar uniformados, que estar armados, iba a causar semejante reacción, sobre todo –reitero- en una zona que es límite con Venezuela. Me parece que la falta de bitácora de hasta dónde podía llegar la guerrilla. Esa socialización causó este daño profundo que esperamos se supere en los próximos días como hay que superar las cosas en las negociaciones, con buen tino.
 
¿Conoció que también hubo presencia guerrillera en Caquetá?

Sí, pero so pena de perder muchísima imagen ante la opinión pública, no quiero utilizar discursos de rompimiento. Claro que las Farc cometieron un error, pero el negociador fijará las reglas de juego para que los hechos no se vuelvan a repetir. Esto se puede superar, es mucho más grave ver a la guerrilla tumbando oleoductos, asesinando que repartiendo unos volantes del acuerdo de Justicia y Paz. No olvidemos de dónde venimos. Sí se cometió una falta pero no amerita romper la negociación.
 
¿No deberían suspenderse los diálogos?

Para nada. Sería gravísimo después de un 90% de avance en los diálogos. Seguramente esto que digo le disgusta a la opinión pública, pero en mi vida pública me he distinguido por decir lo que creo y no lo que le gusta a la opinión. En este momento, el 85% quiere rompimiento. Yo le digo a ese 85% que es preferible seguir avanzando en la negociación.
 
¿Usted le cree a las Farc?

Yo no le creo a la guerrilla, no tengo razones para creerle, pero el proceso está adelantado. Le creo a la guerrilla como la mayoría de los colombianos: cuando entreguen las armas, cuando hagan manifestación pública de que van a hacer política, cuando se entreguen en las zonas de concentración.
 
¿Está de acuerdo con lo que dice el Presidente de que hay que ponerle fecha y límite a la negociación?

Sí, pero nos da de 23 de marzo a mayo. Los cálculos que tengo es que nos puede dar hasta mayo. Dos meses para entregar armas: julio; agosto y septiembre para desmovilización y convocatoria a plebiscito; votación en septiembre, ratificamos el plebiscito y entre noviembre y diciembre hay que votar reforma tributaria, y el Congreso entra de nuevo a legislar sobre los temas que siguen al Acuerdo. Así que me parece que entre marzo y mayo tenemos un margen de maniobra para que la negociación se firme. Lo que sí es imposible es que esto se pase para 2017, pero creo que si no es el 23 de marzo, nos da un placito de 60 días para lograr sacar adelante la negociación.

 

Fuente: La Nación

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