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Lula termina su mandato con indicadores récord

 

 

 

El 1 de Enero Lula da Silva culmina su presidencia en Brasil, con un sinnúmero de avances tanto económicos como sociales y un aumento significativo de su popularidad en los últimos días 
 
Tras recibir el país con una economía en crisis, poco crecimiento y una inflación en ascenso, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva finaliza sus ocho años en el gobierno, con un conjunto de indicadores récord que reflejan la evolución del la nación.
 
Las políticas económicas del mandatario, incluían una inédita distribución de la renta que permitió sortear la vigente crisis financiera internacional.
 
Para Samuel de Abreu, profesor en jefe del Centro de Crecimiento Económico de la Fundación Getulio Vargas, se puede distinguir que hubo dos etapas en la economía de los dos gobiernos de Lula:
 
"Un primer intervalo se caracteriza por una economía extremadamente ortodoxa, con la impronta del entonces ministro de Hacienda, Antonio Palocci, con unos primeros seis años de política fiscal muy responsable, superávit primarios dentro de la media, un Banco Central muy duro con la inflación y un tipo de cambio muy libre al menos por los primeros tres años, pero sobre todo una gran eficiencia microeconómica".
 
Esta se reflejó en la recuperación de créditos más baratos; la creación de nuevos instrumentos crediticios con consignación y garantías; el resurgimiento de los créditos hipotecarios que explican el desarrollo de la construcción de los últimos años; una minirreforma tributaria que organizó mejor los impuestos, y una reforma previsional del cuerpo de funcionarios públicos aún no reglamentada.
 
El segundo período consta de "una política muy agresiva de acumulación de reservas internacionales en el Banco Central que sirvieron primero para recomponer los ahorros, pero que luego impidieron una valorización marcada del tipo de cambio y que tienen un costo fiscal muy alto por la diferencia de tasas que el Tesoro debe pagar", asegura Abreu.
 
 
En cuanto al desempleo, alcanzó en Noviembre el piso más bajo de la historia de Brasil con 5,7 % y la creación este año de 2,5 millones de nuevos puestos.
 
Lo inédito en la historia reciente de Brasil es que los efectos del crecimiento de la economía no se concentraron en los sectores más ricos de la población sino que beneficiaron a las capas más pobres de la sociedad, debido principalmente a la política de valorización real del salario mínimo y a los beneficios sociales como el amplio Programa Bolsa Familia. 
 
Para Abreu, el fortalecimiento del mercado interno que provocaron el aumento del salario mínimo, los programas sociales y la política de redistribución de la renta le permitió a Brasil "enfrentar extremadamente bien la crisis internacional, pero al mismo tiempo reduce el potencial de crecimiento del país".
 
Por otra parte, según datos del Ministerio de Desarrollo Industria y Comercio Exterior, las exportaciones brasileñas cerrarán este ciclo de gobierno con un resultado histórico de alrededor de 200.000 millones de dólares, traspasando el récord de 2008 y reflejando una expansión en de 330 % en referencia a los 60.000 millones de dólares exportados en 2002.
 
La fuerte expansión de la economía mundial de la década hasta la crisis financiera de septiembre de 2008 amplió la demanda de productos brasileños, es especial por sus commodities en detrimento de los manufacturados, lo que explica el cambio de la composición de las ventas externas del país, lo que vienen perdiendo fuerza por la caída de competitividad. 

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