Un pulso de poderes dentro de la cárcel La Modelo de Bogotá por redes que distribuyen narcóticos en el centro carcelario aparece como el detonante del amotinamiento que este martes dejó tres muertos y 30 heridos y lesionados.
Esa es la primera hipótesis que manejan las autoridades, luego de que la guardia carcelaria fuera atacada justo cuando pretendía realizar una operación en busca de droga en el pabellón 2-B, que es un área que alberga a 413 presos, pero que en teoría debería tener cerca de 220 internos.
En la cárcel se señala a antiguos ‘Rastrojos’ y a gente de ‘Comba’ como los nuevos ‘caciques’ (jefes) de La Modelo. El director del Inpec, Carlos Barragán, dice, sin embargo, que no hay evidencia que permita concluir que hay un poder enquistado en el penal, aunque reconoce que el problema es fuerte.
«El microtráfico se está dando porque en las visitas introducen droga, armas, celulares y otros elementos», dijo.
Fuentes de La Modelo aseguran que en los patios hay una inusual circulación de plata ligada a vendedores de marihuana y coca.
El punto es que los hechos de este martes son los más graves sucedidos en la Modelo, una cárcel que hasta hace una década la controlaron ex ‘paras’ y ex guerrilleros pero que en los últimos años había vivido en relativa calma.
Todo indica que un asunto de drogas que terminó con un interno herido por una pelea fue el primer capítulo de una historia que puso a todas las autoridades de Bogotá en alerta. En efecto, a las 4:30 p.m, se dio la alerta de que el interno Carlos Andrés Vega había sido herido con arma blanca.
La directora ordenó traslados y unas inspecciones contra el tráfico de estupefacientes. Esos controles, explicó Barragán, generaron el ataque. Sobre las 9 p.m., algunos presos atacaron a los guardias.
«Empezaron a quemar colchones, eso se les salió de las manos y murieron tres internos, al parecer por asfixia», explicó el director del Inpec.
Los presos muertos fueron Nelson Ortega, preso por asesinato; Ricardo Ortiz, procesado por falsificación de documentos, y José Israel López, por robo y tráfico de armas.
Los desórdenes también dejaron a cuatro guardianes heridos, uno de los cuales está con pronóstico reservado.
La normalidad volvió a las 11 p.m. tras la intervención de dos grupos especiales del Inpec, Policía y bomberos.
«El control será mayor en la medida que bajemos el hacinamiento con la entrega de diez nuevos penales en agosto», aseguró Barragán.
Agregó que este año un penal en el Valle y otro en Santander, fueron escenario de desórdenes similares donde hubo víctimas, pero que los del martes han sido los más graves de los últimos tiempos.
Inpec asegura que ‘Jerónimo’ aún no aparece
Al cierre de esta edición, el Inpec seguía sin tener noticias de Carlos Arturo Hernández Ossa, alias ‘Jerónimo’ o ‘Dunkan’, integrante de la llamada ‘Oficina de Envigado’, y quien se evadió de la prisión domiciliaria.
Este hombre, señalado de ser uno de los jefes de la agrupación delictiva solicitó, el pasado 30 de abril, al juzgado 4 de ejecución de penas de Bogotá, la prisión domiciliaria.
Según argumentó su defensa, este derecho recae sobre los padres cabeza de familia y ‘Jerónimo’ acreditó esta situación.
Sin embargo, cuando la guardia del Inpec hizo la visita de rutina, no lo encontró en su residencia, y de inmediato fue reportado.
‘Jerónimo’ fue capturado el 7 de noviembre de 2008 por la Policía, y pagaba una condena de 3 años por los delitos de uso de documento falso y fabricación, tráfico y porte de armas de fuego.
Esta no es la primera fuga que se presenta, de personas que tienen la casa por cárcel.
Entre los casos más sonados está el del mayor (r.) del Ejército Juan Carlos Rodríguez, conocido como ‘Zeus’. Rodríguez, quien pagaba una pena de 12 años, recibió el beneficio con el mismo argumento de ser padre cabeza de familia. Estando prófugo, una investigación reveló que el uniformado era el jefe de seguridad de Diego León Montoya, ‘don Diego’, y meses después fue recapturado por la Policía.
La última fuga había sido la de alias ‘Kener’, señalado jefe de sicarios de la ‘Oficina de Envigado’, y quien también se evadió de la casa. El año pasado el escándalo por este tipo de fugas corrió por cuenta de Cindy Tumay, conocida como el ‘correo humano’ de las Farc.
Ella fue capturada con pruebas de supervivencia de secuestrados y le habían otorgado casa por cárcel por una enfermedad.
REDACCIÓN JUSTICIA
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