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El comando estadounidense que mató al líder de Al-Qaeda supo de antemano que sólo tendría una posibilidad para atraparlo. Sucesos inesperados pusieron en riesgo la operación, que finalmente no pudo ser sorpresa
Estados Unidos decidió desde el principio que no pondría en conocimiento de Pakistán la emboscada preparada contra Osama Bin Laden el pasado 1 de mayo de Abbottabad en la que también murieron tres hombres y una mujer.
Según oficiales estadounidenses citados por la agencia Associated Press, Estados Unidos entendió que la acción militar iba a implicar una violación de la soberanía de Pakistán, y que por tanto sólo tendrían una oportunidad de ingresar en el espacio aéreo paquistaní sin permiso de sus autoridades para así tratar de abatir a Bin Laden.
Los oficiales también subrayan que la operación estuvo a punto de fracasar por el helicóptero que zozobró poco antes del ataque. El grupo SEAL de la Marina de Estados Unidos, encargado de la ofensiva como una de las fuerzas de operaciones más importantes del país, trató de hacer un aterrizaje forzoso del helicóptero, que igual se estrelló en las afueras de la vivienda, lo que no permitió que el asalto fuera un ataque sorpresa.
Por ello cambiaron de estrategia: irrumpieron en la planta baja y avanzaron piso por piso hasta el último nivel, donde calculaban que estaba el líder de Al-Qaeda. Según los oficiales, que han realizado estas declaraciones bajo condición de anonimato, Bin Laden estaba en el vestíbulo de su habitación cuando ellos lo encontraron.
Aparte, los soldados creen que la inteligencia paquistaní todavía ayuda a las fuerzas que se enfrentaron con las tropas estadounidenses en Afganistán, y que intentan boicotear los esfuerzos de Estados Unidos por capturar los líderes de Al-Qaeda.
El Gobierno de Pakistán, en cambio, ha condenado las acciones militares de los Estados Unidos por considerar que fueron una violación de su soberanía.
Infobae