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Poesía contra la guerra

Desde Homero hasta Virgilio; desde Dante hasta Rimbaud, la poesía ha sido luz en medio de la oscuridad.

Los poetas son los que pueden dejarnos el mejor testimonio sobre la guerra; y no precisamente porque desde sus torres de marfil la estén avivando, sino porque cada poeta en su experiencia interior, necesita tener, como lo señaló Arthur Rimbaud, una temporada en el infierno.

El mérito del buen poeta no es tanto descender hasta las profundidades del abismo (muchos que lo hicieron terminaron convertidos en demonios), sino que como en ‘La divina comedia’ debe contar con la sabia compañía de Beatriz, para que le guíe en su camino por superar el infierno, y así pueda cantar los infortunios de la vida.

Desde Homero hasta Virgilio; desde Dante hasta Rimbaud, la poesía ha sido luz en medio de la oscuridad; ha sido piedra angular ante tanta violencia y tanta sangre derramada.

Como una flor rara y exótica que crece en medio del desierto, la poesía tiene la virtud de florecer con más vigor en tiempos de guerra que en tiempos de paz. Es una situación paradójica, pero es real: la guerra nos inspira a crear una mejor poesía, pero al mismo tiempo, la poesía, que es metáfora del mundo, se convierte en un antídoto eficaz contra la guerra.

Esto fue lo que sucedió en la España del 36 donde el gran sacrificado fue Federico García Lorca; esto fue lo que se vivió durante la dictadura argentina, donde el desaparecido fue el novelista Haroldo Conti; esto es lo que hoy sucede en Colombia donde en medio de las conversaciones de paz en La Habana, la poesía se manifiesta con vigor en los cuatro puntos cardinales, para pedir que la muerte violenta tenga por fin su descanso eterno.

Así lo expresa el Festival Internacional de poesía de Medellín, que bajo la dirección del escritor Fernando Rendón, y donde en esta ocasión se congregan trece países invitados, pide ‘1000 años de paz para Colombia’. Así lo manifiesta el Festival Poemario de Barranquilla, que bajo la batuta de los escritores Miguel Iriarte, Aníbal Tobón y Álvaro Suescún le solicitan a la ciudad que no le de la espalda al río Magdalena. Así lo confirma el Encuentro Internacional de poesía de Cali que dirige el escritor José Zuleta. Así lo manifiestan las 60 poetas mujeres que cada mes de julio, bajo la dirección de la poeta Águeda Pizarro, se dan cita en Roldanillo para decirle a los hombres que están hartas de tanta violación y tanta muerte.

Como dice la poeta bogotana Eugenia Sánchez Nieto:

No sé de dónde viene tanto rumor en la noche

los sonidos adquieren una presencia fundamental

tanto hombre enfundado en su fuerza

Siloé, El Salado, Ituango

tanto cuerpo mallugado, desgonzado…

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