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Por qué hay que revisar la vista durante el embarazo

Los cambios experimentados en el cuerpo de la mujer durante el embarazo pueden provocar la aparición de determinados problemas oculares que, si no son tratados por un especialista, son susceptibles de derivar en enfermedades visuales. Sequedad ocular, dolores persistentes de cabeza o una molestia habitual como es la hinchazón de las extremidades pueden alertar de la aparición de problemas visuales. Por ello el doctor Julio Ortega Usobiaga, oftalmólogo de Clínica Baviera, apunta que «es importante realizar, al menos, una revisión oftalmológica durante el embarazo, más aún si la futura madre ya ha padecido alguna dolencia ocular».

Es frecuente que se produzca una intolerancia a las lentes de contacto

Durante la gestación pueden producirse dos tipos de cambios: fisiológicos y patológicos. En la categoría de los cambios fisiológicos, que no suelen tener importancia clínica, los más habituales son la disminución de la presión intraocular y los cambios corneales (fundamentalmente en la sensibilidad y curvatura), que pueden conllevar una intolerancia a lentes de contacto o cambios en la graduación.

Dentro de los cambios patológicos se distinguen dos grupos. El primero es el empeoramiento de enfermedades preexistentes, como la retinopatía diabética y las uveitis o inflamaciones intraoculares. El segundo se refiere a la aparición de nuevos problemas, principalmente derivados de una hipertensión arterial descontrolada (preeclampsia y eclampsia), la ceguera cortical y la coriorretinopatía serosa central.

Los riesgos de los colirios

Algunos de los síntomas más comunes que nos ponen sobre aviso de que la gestante puede padecer alguna alteración del sistema ocular son la disminución de la secreción lagrimal, la sensación de sequedad en los ojos o la hinchazón de párpados, especialmente por la mañana. En este caso, el doctor Ortega Usobiaga recuerda que «aunque los síntomas suelen remitir tras el parto, un tratamiento adecuado mediante la aplicación de colirios humectantes, mitiga las molestias». Recuerda también que «aunque la medicación tópica ocular (colirios) tiene un bajo riesgo para el feto, su administración debe ser valorada siempre por un especialista».

Asimismo, la hinchazón de extremidades es una molestia habitual en las embarazadas que se debe tanto a la retención de líquidos como al incremento del volumen sanguíneo y el cambio en las propiedades de éste durante los meses de gestación. Si junto a la hinchazón e inflamación de las extremidades se dan dolores de cabeza frecuentes y visión borrosa o vértigo, es necesario comunicarlo al ginecólogo y al oftalmólogo para controlar el estado de la tensión ocular y evitar que la hipertensión pueda provocar la aparición de complicaciones clínicas.

El doctor Ortega Usobiaga incide en la importancia de un control exhaustivo en el caso de las embarazadas con problemas previos de diabetes, por ser un grupo especialmente vulnerable a la retinopatía: hasta un 30% de las gestantes con diabetes preexistente desarrollan esta enfermedad.

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