El jueves 6 de febrero a las 5:30 p.m. cuando Esmer Fabián Vallejo Posso se encontraba descansando en el andén de su casa, en el barrio Gamboa, Buenaventura, fue abordado por tres hombres que iban encapuchados.
Los encapuchados tomaron por la fuerza a Esmer de 20 años, le insultaron y agredieron físicamente con patadas y golpes con piedras en su rostro, cinco minutos después le dispararon en cinco ocasiones.
Esmer era proveniente de una familia oriunda de la comunidad de Cabeceras en el bajo San Juan. Esta comunidad ha vivido dos desplazamientos por la violencia. Uno en el año 2010 de su territorio a Buenaventura. Y otro en el año 2012 de Buenaventura a Bogotá por amenazas y extorsiones de una estructura organizada que se dedicaba a presionar desplazados que reclamaban sus ayudas humanitarias.
Esmer hacía un año había regresado nuevamente a Buenaventura.
Este nuevo doloroso asesinato se da en una ola de violencia en Buenaventura, en la que estructuras criminales con diversas denominaciones controlan los barrios en medio de una militarización creciente.
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.