En los últimos años se ha venido dado la discusión de la sostenibilidad dentro del agro. Este caso no es ajeno a Colombia, dado que los diferentes actores de la agricultura del país han venido implementando diferentes prácticas y alternativas en pro de una sostenibilidad en el sector.
(Clima, dólar y alta demanda, la ‘tormenta perfecta’ sobre el agro).
Actualmente y dada la coyuntura del cambio climático, el sector agrícola ha tenido que explorar terrenos más sostenibles en las 5,6 millones de hectáreas sembradas en productos agropecuarios, que según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, tiene el país.
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), esta visión sostenible es importante en favor de una alimentación y agricultura basada en que los alimentos son nutritivos y accesibles a todos y además, que “los recursos naturales se gestionan de tal forma que se preservan las funciones de los ecosistemas para responder las necesidades humanas del presente y del futuro”, indican.
En la misma línea, los diferentes sectores como el de las flores han venido implementando diferentes alternativas en esta materia. De acuerdo con Augusto Solano, presidente de Asocolflores, en el aspecto social, esta es la actividad agrícola que más empleo genera por hectárea en el agro.
(Inflación y altos costos, los principales retos del sector de flores).
“Se originan alrededor de 14 empleos por hectárea en promedio y son todos empleos formales. Aproximadamente el 60% y el 65% son para mujeres y muchas de ellas cabeza de familia”, explicó el presidente.
De igual manera en el ámbito ambiental, las flores cuentan con el certificado de Flor Verde hace 26 años que trabaja la normatividad reconocida en el tema del agua, con la cual el gremio ha transitado al riego por goteo, a la reducción de ingredientes activos de agroquímicos a la mitad y la implementación y uso de insectos benéficos para los cultivos.
Caso similar se aplica en el gremio avicultor del país. Para Gonzalo Moreno, presidente ejecutivo de Fenavi, en materia de sostenibilidad el sector ha transitado hacia un modelo de economía circular.
“Nosotros utilizamos agua lluvia para alimentar a nuestros animales, al igual que la gallinaza y la pollinaza que es el excremento que sirve como fertilizante”, manifestó el líder gremial.
En un eje económico, como lo explica la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC) se pretende garantizar al productor el precio base de mercado a partir del posicionamiento y diferenciación de café en nichos de mercado, al igual que el desarrollo de mecanismos para reducir la volatilidad negativa del precio.
En materia ambiental, la Federación trabaja con el recurso hídrico, protegiendo los nacimientos y los cauces.
El objetivo clave de otros cultivos
Otro de los sectores agrícolas que trabajan en un eje sostenible es la ganadería. Según datos de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan), actualmente gestionan el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible con el que esperan beneficiar alrededor de 2.000 familias ganaderas, al igual que convertir 50.500 hectáreas de praderas degradadas en sistemas de producción amigables implementados en el Cesar, Magdalena, Boyacá, Santander, Meta y región cafetera.
Por otro lado, esperan generar un incremento del 5% en la producción de carne y leche invertida en las fincas participantes.
Para José Félix Lafaurie, “con el Banco Mundial y otras entidades y organizaciones ambientalistas, más los ingleses, desarrollamos un proyecto en cinco macro regiones que involucró a un poco más de 4.120 pequeños ganaderos que lograron reconvertir más de 100.000 hectáreas en sistemas sostenibles”.
“Eso permitió acrecentar el empleo de un animal, se pasó a cinco o siete por hectárea con unos grandes beneficios ambientales”, manifestó.
A su vez, desde el sector de los bananeros, se manifiesta que “hay un fuerte compromiso por el desarrollo de las regiones donde hacemos presencia”.
De acuerdo con José Francisco Zúñiga Cotes, presidente ejecutivo Asbama, “hemos venido trabajando por una sostenibilidad integral que inicia con la generación de empleos, de cerca de 15 mil empleos formales directos en la costa Caribe, donde la base de los salarios es superior al salario mínimo legal vigente”
“A lo anterior se suman más de 40 mil empleos indirectos, lo que fomenta el dinamismo económico de las regiones”, indicó Zúñiga.
Finalmente, Felipe Pinilla, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), aseguró que desde el sector lácteo se implementa “el modelo de producción en pastoreo que es una herramienta que compensa parcial o totalmente las emisiones generadas (…) además impulsar estos programas parte, de un buen balance que logran resultados ambientales, sociales, económicos y de salud pública”.
Diana K. Rodríguez T.
PORTAFOLIO