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Así vive un marinero encallado por la cuarentena en Buenaventura

Barco de Cabotaje Buenaventura
Foto Referencia

Mis primeros gateos fueron en la cubierta de un barco. Lo mismo para mis 11 hermanos porque somos hijos de Gratiniano Torres,quien a sus 87 años, sigue siendo un marinero del Pacífico.

Tengo dos hermanos que son capitanes como yo y otros están vinculados a tareas de mecánica de los motores Diesel o servicios marinos. Se imaginan lo que duele ver en Buenaventura estacionada la flota desde el 24 de marzo cuando lo dispuso el Presidente en Colombia.

La vida de los marineros está paralizada y también la de los pobladores de 14 municipios del Pacífico en Chocó, Nariño, Cauca y Valle.

Mi papá nos sembró el amor por el mar al lado de mi mamá Bartola Caicedo, ya fallecida. Ellos se conocieron una vez que él llegó en un viaje a Guapi, en el litoral del Cauca, hasta que, de visita en visita, quedaron enamorados y embarcados. La familia creció en Buenaventura, donde seguimos enraizados.(Le recomendamos leer: Así vive la cuarentena un Jesús en Semana Santa)

Ni en temporada de invierno habíamos estado tan quietos

He pasado por todos los cargos de un barco. Empecé como viajero, oficial de cocina, marinero de cubierta, contador de la carga, administrador y hace 18 años soy capitán, con licencia en el Sena. Tengo tres hijos mayores y dos menores.

Los marineros ha sufrido por los costos del combustible. En 2008 se logró un auxilio breve para el diesel marino.

Ahora soy Presidente de la Asociación de Transportadores Marítimos y Fluviales del Pacífico (Atransmaflupa), que reúne 56 barcos a lo largo de 1.300 kilómetros en cuatro departamentos. Son naves de transporte mixto, es decir, los buses para unos 800.000 personas. Mueven unos 500 pasajeros diarios y cargas de víveres a poblados de 14 municipios.

De vuelta traen madera para cubrir los costos. Al mar solo sale hoy si acaso el 5 por ciento de la flota. A ese cuadro hay que agregarle unos 20.000 marineros de pesca artesanal que no están saliendo a las aguas.

Ni en temporada de invierno habíamos estado tan quietos. Salimos casi al escondido a mirar la bahía a ver si aparece una buena noticia para zarpar.
Buenaventura, principal puerto del Pacífico colombiano, pero sumido en la pobreza por malversación de recursos por mandatarios en la última década.

Buenaventura, principal puerto del Pacífico colombiano, pero sumido en la pobreza por malversación de recursos por mandatarios en la última década.

Acatamos lo que disponga el Gobierno Nacional para enfrentar el coronavirus, pero le pedimos al presidente Duque, en una carta, que se subsidie el combustible si no se quiere un desabastecimiento total del Pacífico.

No podríamos salir al mar solo con víveres, porque eso no compensaría costos de ir a Litoral del San Juan, el más cercano de Buenaventura (90 kilómetros) y menos al más lejano en Chocó, a 380 kilómetros.

La flota parada tiene cesantes a más de 700 personas porque no hay viajes a Guapi y Timbiquí en Cauca; a Mosquera, Olaya Herrera Satinga, Santa Bárbara de Iscuandé, El Charco y La Tola en Nariño; y a Litoral de San Juan, Pizarro, Nuqui, Bahía Solano y Juradó en Chocó.

El transporte de combustible se está moviendo, aunque no le falten dificultades. Pero, de qué sirve eso si no llegan los alimentos ni nadie puede salir al mar.

El Tiempo

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