Atlético Nacional: recuerdo de Santiago Escobar en título y estrella de 2005 | Futbol Colombiano | Liga BetPlay

Un 26 de junio de 2005, Atlético Nacional gritaba campeón por octava vez de la Liga colombiana, tras un gran campeonato donde combinó una ecuación difícil en el fútbol: ganar, gustar y armar un grupo idóneo con jugadores experimentados y juveniles prometedores. Luego de 15 años de ese título, en FUTBOLRED hablamos con Santiago Escobar, arquitecto de una de las gestas que la afición verdolaga recuerda con cariño.

¿Cómo fue esa conformación del equipo para el torneo del 2005 luego de perder dos finales seguidas?

“Ese equipo del 2005 se conformó con una base de jugadores que estuvieron en el 2003 y 2004, teníamos una huella importante, había sido asistente técnico de Juan José Peláez en esas dos temporadas. Juan José decidió retirarse del equipo y me encargaron como principal. Desde la planificación, logramos conseguir un gran trabajo en equipo. Con los jugadores, cuerpo técnico, directivos y una hinchada que siguió respaldando este proyecto”.

¿Cree que esa pretemporada en Argentina sirvió para el despegue del equipo?

“Ciertamente, nos fuimos a Santa Fe, Argentina a hacer la pretemporada, disputamos un torneo de verano que lo logramos ganar. Llegamos a Colombia y desde los primeros partidos, el equipo mostraba una gran condición técnica, un equipo con mucho orden defensivo, con un gran poder ofensivo. Había mucho equilibrio y una idea de juego clara donde priorizamos el salir jugando, los inicios de juego que tanto se habla hoy en día. Nuestro sistema de juego era 1-3-4-1-2, donde cada jugador sabía su libreto y el de su compañero. Hubo mucho respeto y confianza en nuestro trabajo, ganamos el campeonato prácticamente de punta a punta, para después en la final contra Santa Fe, imponernos en los dos partidos, ganando el de Medellín e igualando el de Bogotá. Lo que más recuerdo de este equipo es la forma y la manera de jugar, con fútbol a ras de piso, elaborado, combinativo, cuando había que salir jugando, teníamos hombres para eso. Había alternativas de juego por la riqueza de los jugadores, es de los equipos que la afición recuerda más por esa expresión futbolística”.

Y el manejo de jugadores experimentados y los jóvenes, ¿cuál fue el secreto?

“El manejo del grupo y el trato hacia los referentes y los jugadores jóvenes fue muy importante, cuando hay hombres con tanta experiencia y trayectoria, marcaban el camino a los jóvenes y eso fue una unión de grupo y una familia. encontré jugadores muy profesionales”.

¿Algún partido clave para ese campeonato?

“Cada jugador durante todo el torneo se jugó una final en cada partido, sin importar el equipo, los respetábamos y tanto local como visitante había la misma obligación de ganar. Trabajamos mucho con la pelota, el inicio y salida de juego, la presión alta. Los clásicos contra Medellín fueron muy importantes, ganamos la mayoría y eso fue muy positivo. Esa final contra Santa Fe, recuerdo cuando el equipo marca el segundo gol y salí corriendo a celebrar, para mí ese fue el partido más especial del torneo. lo recuerdo con especial cariño, fue mi segundo título como técnico y el primero en Colombia”.

Nacional cayó frente al Tolima en el Atanasio y con Junior en Barranquilla, en especial contra los ‘pijaos’, ¿en qué le sirvió al equipo sufrir esta derrota?

“La derrota contra Tolima la tomamos con mucha madurez, llevábamos un torneo espectacular y había que tener calma y reflexión en ese momento. En ese campeonato solo perdimos dos partidos, de resto Nacional ganaba y empataba de local y visitante, había que darle confianza al grupo y las derrotas en el fútbol sirven para hacer autocrítica y reflexiones para seguir adelante”.

Otro lindo momento fue el del gol 300 de Víctor Aristizábal, ¿qué piensa de ese jugador?

“El gol 300 de (Víctor) Aristizábal fue una labor de equipo, todos los muchachos sabían que teníamos adelante un extraordinario goleador y gran jugador de fútbol. Víctor entendía el juego, lo comprendía, sabía hacer una pared, sabía pivotear, te hacía diagonales, se sabía mover en el frente de ataque, se entendía muy bien con Edixon Perea o cualquier otro compañero de ataque. Entonces cuando el convierte ese gol sentí una alegría inmensa porque era un trabajo de equipo y a la vez encontrar en él, un finalizador de esa riqueza de fútbol que tenía Nacional. Fue uno de los mejores jugadores que he dirigido en mi carrera”.

Llegó el cuadrangular, muchos partidos emocionantes y esa última fecha contra Cali en el Pascual, ¿algún recuerdo de ese partido?

“El partido de Cali, no cambiamos mucho la planificación que teníamos. Sabíamos que teníamos que ganar para estar en la final, fue un partido muy sufrido donde hubo ansiedad, hubo estrés, hubo miedo escénico por momentos del partido. Deportivo Cali estaba eliminado y nos costó mucho sacar ese partido adelante, fue uno de los partidos más difíciles, más sufridos y todo el partido pensábamos que no se nos iba a escapar la oportunidad de conseguir el paso a la final. Encontramos justicia donde a veces el juego, va en contravía del resultado. Afortunadamente, buscamos y encontramos esa clasificación”.

Ahora hablemos de esa final contra Santa Fe, primero contra segundo. ¿Qué tan cierto fue que casi lo disputan en Tunja ese partido de ida?

“La final de ida contra Santa Fe fue muy duro, el estadio El Campín estaba en remodelaciones y estaba la posibilidad de jugar en Tunja. Llamaron al presidente Silvio Mejía, me comentaron y yo dejé a los jugadores que tomaran la decisión, todos respondieron que jugáramos en Bogotá sin importar en el estado de cancha. Jugamos en un ‘potrero’, fue un partido táctico, estratégico y lo jugamos como teníamos que hacerlo, adaptándonos a un terreno de juego muy difícil y sacando un empate sin goles”.

¿Cómo recuerda ese 26 de junio de 2005?

“El partido de vuelta en Medellín, lo jugamos con cinco suplentes, porque cinco titulares llegaron a la quinta amarilla. Pusimos jugadores que no habían tenido muchos partidos, pero nos mostraron una buena preparación, se habían cuidado y todo el semestre les dijimos a los suplentes que tenían que estar mejor preparados que los titulares. Juan Carlos Mosquera, Robinson Muñoz, Hugo Soto. En el segundo tiempo entró Jair Rambal. Jugadores que demostraron carácter, personalidad y al final conseguimos el título con una gran satisfacción que nos dieron esos jugadores que no habían tenido muchos minutos. También hay que destacar a Camilo Zúñiga y Christian Marrugo, quienes habían llegado el día anterior del Mundial juvenil en Holanda, tuvieron un largo viaje, concentraron y jugaron al día siguiente. Fue un título extraordinario”.

Para finalizar, ¿esa comunión con el hincha la sintió en especial con el cántico en el que recordaban a su hermano y que usted dirigía ‘con el corazón’ de Andrés?

“La afición con sus cánticos antes, durante y después de los partidos, son algo que como persona te llena. Te hacen sentir muchas cosas, la canción de Andrés es algo que me emociona, sabía que estaba representando a mi hermano. Después de ese título se hizo muy famoso ese ‘miren, miren a Santiago dirigiendo desde el banco, con el corazón de Andrés’. Era decirme que ahí estaba la presencia de mi hermano, donde jugó, donde se hizo ídolo y que yo estaba representándolo.

Éramos uno, te pone a reflexionar, te pone a llorar, te da felicidad y a la vez tristeza. Siempre estoy agradecido con la hinchada de Nacional y es lo más lindo que he podido sentir en un estadio”.

Juan Camilo Álvarez Serrano
Corresponsal FUTBOLRED
Medellín
En twitter: @juanchoserran8

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