El ciclón Mocha mató a unos 460 aldeanos rohingya en Rakhine, Myanmar, muertes que, según los trabajadores humanitarios, podrían haberse evitado si tanta gente no hubiera estado viviendo en campamentos restringidos cerca de la costa.
A la mayoría de los aldeanos no se les informó adecuadamente sobre la tormenta que se avecinaba, que azotó la costa el domingo con vientos sostenidos de más de 220 kilómetros por hora (137 mph), y a muchos otros no se les permitió evacuar antes de tiempo, dijeron activistas y trabajadores humanitarios. Radio Asia Libre.
El número de muertos “podría aumentar significativamente ya que hay muchas personas desaparecidas”, dijo la agencia con sede en el Reino Unido. Organización birmana rohingyao BROUK, dijo en un comunicado el miércoles.
Los servicios de comunicación están caídos en gran parte de Rakhine, en el oeste de Myanmar, y ninguna ayuda humanitaria ha llegado a las áreas afectadas dentro y alrededor de la capital del estado de Sittwe, dijo el grupo.
“Todos los refugios han sido destruidos en los campamentos, y la gente ha sido testigo de cómo muchos miembros de la familia son arrastrados por las inundaciones repentinas causadas por el ciclón”, dijo.
Otras personas en el área fueron asesinadas por ramas de árboles arrastradas por el viento y láminas de techo de zinc.
Unos 130.000 rohingya han vivido durante más de una década en campos de desplazados internos en el área de Sittwe. BROUK comparó los campos con “prisiones al aire libre”.
Un sobreviviente rohingya del campamento de Thet Kae Pyin dijo que los cuerpos pertenecientes a 110 aldeanos rohingya fueron enterrados el lunes y el martes.
Otro sobreviviente, de 25 años, dijo a RFA que el consejo militar del estado de Rakhine les había advertido de la tormenta varios días antes de que azotara. Sin embargo, todos los centros de refugio de emergencia ya estaban abarrotados de personas.
“El gobierno y las ONG nos advirtieron con anticipación, pero no había suficiente espacio para que evacuáramos. Por eso seguimos quedándonos en nuestro campamento”, dijo el joven de 25 años, que pidió no ser identificado por razones de seguridad.
“Como nuestro campamento está muy cerca del mar, los niños y los ancianos fueron arrastrados y murieron en la inundación durante el ciclón”.
Aumento repentino del nivel del mar
Durante la tormenta, el nivel del mar subió repentinamente casi 10 metros (30 pies) y casi todas las cabañas en un campamento fueron arrasadas, dijo Nay San Lwin, cofundadora de Free Rohingya Coalition.
Hay cerca de 380 casas en el campamento de Bay Dar, ubicado en una isla en la costa de la Bahía de Bengala. Pero después de la tormenta, solo quedaron seis y cientos de personas desaparecieron, dijo.
RFA todavía está trabajando para determinar el número exacto de muertes de rohingya en Rakhine.
Dos aldeanos rohingya contactados por RFA dijeron que ha sido difícil recoger todos los cadáveres que fueron arrastrados al mar.
Maung Sein, un residente de Bay Dar, le dijo a RFA que su esposa embarazada de cinco meses, su hijo, su suegra y su cuñado murieron a causa de la tormenta y que el cuerpo de su hijo estaba desaparecido. Dijo que estaba con su familia cuando azotó la tormenta y sobrevivió porque sabía nadar.
“Nunca había visto olas tan grandes en toda mi vida”, dijo. “Una ola gigantesca se llevó a mi familia”.
No hay ‘ayuda efectiva todavía’
Los periódicos publicados el martes informaron que el jefe de la junta, el general en jefe Min Aung Hlaing, visitó Sittwe el lunes y entregó suministros por valor de 70.000 millones de kyats (24,5 millones de dólares estadounidenses).
Pero un residente rohingya en Sittwe le dijo a RFA que no ha recibido ninguna ayuda.
“Todavía no he visto ninguna ayuda efectiva. Tampoco he oído hablar de ninguno”, dijo. “Se descubrió que aquellos cuyas casas quedaron completamente destruidas vivían al costado de la carretera bajo lonas alquitranadas. Necesitan desesperadamente comida y refugio”.
En una actualización rápida el miércoles, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de la Asistencia Humanitaria dijo que se vio una «destrucción a gran escala de viviendas e infraestructura pública» en todo Rakhine.
“Las necesidades urgentes incluyen refugio, agua potable, asistencia alimentaria y servicios de atención médica”, dijo UNOCHA. “Existe una creciente preocupación en las áreas inundadas por la propagación de enfermedades transmitidas por el agua y el movimiento de minas terrestres”.
RFA llamó al portavoz de la junta para el estado de Rakhine, Hla Thein, el miércoles, pero su teléfono no respondió.
Las condiciones en otras aldeas y campamentos rohingya en Rakhine, en los municipios de Ponnagyun, Buthidaung y Maungdaw, aún se desconocían. RFA intentó contactar a seis residentes rohingya de los municipios de Buthidaung y Maungdaw el miércoles, pero sus conexiones telefónicas estaban fuera de servicio.
Traducido por Myo Min Aung. Editado por Matt Reed y Malcolm Foster.
