Cuando las moscas comenzaron a posarse en el lugar, Rakus «untó toda la herida con la pulpa de la planta hasta que la pulpa roja quedó completamente cubierta con el material de la hoja verde».
Al día siguiente, se vio a Rakus comiendo las hojas de la vid nuevamente, y una semana después su herida se cerró y posteriormente curó sin ningún signo de infección.
El estudio describe este comportamiento como el «primer caso documentado sistemáticamente de tratamiento activo de heridas con una especie vegetal que se sabe que contiene sustancias biológicamente activas por parte de un animal salvaje».
Los investigadores dijeron que era imposible estar seguros de que el comportamiento fuera intencional, pero el hecho de que el jugo y las hojas se aplicaran repetidamente y solo en la herida sugiere que Rakus estaba tratando de tratar su lesión.
Especulan que el orangután podría haber tropezado con el tratamiento, tal vez masticando primero la planta y luego descubriendo que el jugo aliviaba el dolor al tocar accidentalmente una herida.
Se sabe que los orangutanes aprenden habilidades unos de otros a través de la observación, pero los científicos dijeron que no tenían registro de un comportamiento similar en 21 años y 28.000 horas de observación en el área.
Sin embargo, Rakus se había mudado a la región desde otro lugar, lo que plantea la posibilidad de que haya aprendido la técnica médica en una comunidad diferente.
La observación se suma a un creciente cuerpo de evidencia sobre la forma en que los primates usan las plantas para mantenerse saludables, incluida la ingesta de hojas enteras que tienen propiedades antiparasitarias.
En otras partes de Indonesia, se ha visto a orangutanes frotándose la piel con hojas masticadas de una planta diferente, posiblemente para aprovechar sus propiedades antiinflamatorias.
Y en 2022, los científicos informaron sobre chimpancés en Gabón a los que aparentemente se les había visto aplicando insectos en las heridas.