Bad Bunny: ¿Qué tienen en común Bad Bunny y Álvaro Uribe Vélez? – Entretenimiento – Cultura


¿Qué tienen en común Bad Bunny y Álvaro Uribe Vélez? Aunque parezca una unión imposible, un curioso atuendo de vestir los une: los famosos zuecos plásticos conocidos como ‘Crocs’.

Además de arrasar con la música trap y reguetón Bad Bunny (26 años) es un gran referente de moda que no duda en lucir los míticos ‘Crocs’, en sus conciertos, videoclips y fotografías en redes sociales.

El equilibrio Bunny entre su estilo propio y su versatilidad es la clave de su éxito estilístico que cada día es mayor a nivel internacional, bien sea por su corte de pelo, sus gafas, chándal o camisa, su capacidad de sorprender no tiene límites.

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Es tal la pasión que siente por las ‘Crocs’ que ha creado su propio diseño: un modelo clásico blanco, adornado con pines fluorescentes – conejos, estrellas, llamaradas- que se iluminan por la noche.

«Soy una persona sincera que no se impone limitaciones, algo que comparto con la filosofía de Crocs y que por eso me identifica», dijo Bunny que colaboró en este diseño de edición limitada que se vente en todo el mundo.

Y ni hablar del expresidente Uribe, cuyas apariciones históricas con sus ‘Crocs’, trascendieron al mundo de las caricaturas, y se convirtieron en un referente de su misma imagen.

Estos curiosos zuecos son tan importantes para el expresidente, que hace unos años tuiteó el posible cierre de la fábrica que creó sus zapatos preferidos, que, dicho sea de paso, ha sido también un aditamento polémico en el mundo de las modas.

Así lo recordó en 2018 Adolfo Zableh Durán, en una de sus columnas editoriales en este diario.

“De la noticia (del cierre de la fábrica de ‘Crocs’) me enteré por un tuit de Álvaro Uribe, fanático de la marca, que seguro difundió la información con gran preocupación. Y si miramos bien, es coherente que el expresidente los use; la gente ama u odia a Uribe en la misma medida en que ama u odia los ‘Crocs’, como si estuvieran hechos el uno para el otro. Es macabramente tierno ver a Uribe en ‘Crocs’, como si no tuviera la culpa de nada y fuera apenas un abuelito que retoza con sus nietos. Luego lo oye uno decir con falsa humildad que él usa ‘Crocs’ mientras que Petro viste Ferragamo, para recordar el viejo manipulador que es”, escribió Zableh en esa oportunidad.

Este incidente, incluso, trascendió -en su momento- a las redes sociales con un duro cruce de mensajes que se mandaron los dos líderes políticos, hablando de sus zapatos y sus fincas. «Yo no tengo Ferragamo, yo tengo Crocs. Me siento muy cómodo y orgulloso de ellos», dijo Uribe en Instagram. «Chévere comparar los tamaños de las haciendas de @AlvaroUribeVel con las mías; las de él: miles de hectáreas; las mías: cero hectáreas. Mis Ferragamo son iguales a los de Duque», dijo Petro.

Alguna vez, en una entrevista con este diario, Julio César González, mejor conocido como ‘Matador’, uno de los grandes caricaturistas el país, expresó cómo surgió esa imagen icónica del expresidente Uribe con sus ‘Crocs’.

“Yo aprendí algo de Osuna: el caricaturista no crea la caricatura, son los personajes mismos los que se hacen la caricatura. Yo no me inventé los crocs de Uribe, ni los dientes afilados ni las cruces que tiene Ordóñez; el nuevo casco que está usando mi caricatura de Santos no me lo inventé: apareció una vez, en una fotografía muy chistosa en el Chocó, en un operativo contra la minería ilegal. Lo que uno va haciendo es sumando esos detalles a los personajes, lo que los va enriqueciendo y van madurando con el tiempo”, cuenta Matador.

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De amores y odios, lo cierto es que los ‘Crocs’ se han convertido en uno de los zapatos más cómodos para una cantidad de gente.

«Crear mi propio diseño ha sido divertido, espero que sirva de inspiración para que la gente pueda divertirse con su estilo personal y lleve lo que les haga felices», dijo Bunny, que en su último concierto virtual en la ciudad de Nueva York alcanzó una audiencia de más de 10 millones de espectadores.

Todo lo que toca, lo convierte en un éxito casi instantáneo, prueba de ellos es que en apenas unas horas sus ‘Crocs’ fluorescentes se agotaron.

(Con información de EFE)

“Los primeros Crocs de Colombia los tuve yo, y me siento orgulloso de ello. Eran anaranjados, no me los bajaba y aún los tengo. Los compré hace doce años en Israel, donde eran muy populares, luego me paseé con ellos dos meses por Europa y después por Colombia, sin que nadie tuviera algo parecido, y muchos preguntaran qué era eso que llevaba en los pies. Unos por curiosidad, otros por físico repudio.

«Pero si miran bien, son un gran invento: unos zuecos de colores hechos de caucho; livianos, fáciles de usar, fáciles de limpiar. No tienen pierde, es como andar descalzo sin estarlo. Son tan maravillosos que cambiaron el panorama de los zapatos, pusieron a la gente a hablar de ellos, y hasta a chiviarlos.

«El mercado está lleno de imitaciones de Crocs, y eso dice mucho de su impacto. Porque nadie es indiferente a ellos, o los aman o los rechazan. A mí me parecen una maravilla, y quienes los descalifican por feos son unos prejuiciosos, porque va uno a ver quiénes son, y resulta que les gustan cosas tan o más feas. Oyen reguetón, tienen pugs, manejan carros deportivos y compran esas carteras Louis Vuitton que vienen con el mosaico de la L y la V. Podrán parecer finas, pero lo cierto es que son de lo corroncho que hay.

«Es más, quien usa algo así es doblemente corroncho porque un Croc se sabe feo, no aspira a más que a consentir el pie; la cartera, en cambio, es en teoría un símbolo de sofisticación, cuando en realidad deja en evidencia a una persona que quiere gritarle al mundo que tiene plata.

«El punto es que esta semana fueron noticia porque anunciaron que iban a cerrar sus fábricas y que su jefe de finanzas había renunciado, lo que produjo el júbilo de muchos, ni idea de por qué. Hay gente que dice que odia los Crocs con la misma ligereza con que dice que odia el helado de ron con pasas o la lengua en salsa; unos sobreactuados, como si alguna de esas cosas les hubiera hecho daño.

«Cuando alguien dice que odia algo de la vida cotidiana que simplemente está ahí es porque está buscando atención, no se sabe expresar o simplemente se odia a sí mismo. El cierre de las fábricas no quiere decir la desaparición de los Crocs, o al menos eso anunciaron. Se trata de una estrategia para fabricarlos en maquilas y así abaratar costos. Parece que habrá Crocs para rato.

«De la noticia me enteré por un tuit de Álvaro Uribe, fanático de la marca, que seguro difundió la información con gran preocupación. Y si miramos bien, es coherente que el expresidente los use; la gente ama u odia a Uribe en la misma medida en que ama u odia los Crocs, como si estuvieran hechos el uno para el otro. Es macabramente tierno ver a Uribe en Crocs, como si no tuviera la culpa de nada y fuera apenas un abuelito que retoza con sus nietos. Luego lo oye uno decir con falsa humildad que él usa Crocs mientras que Petro viste Ferragamo, para recordar el viejo manipulador que es.

«Yo ya no hago muchas de las cosas que hacía doce años atrás, entre esas usar Crocs en público. Y no tiene nada que ver con que sean los zapatos preferidos de Uribe, sino con un asunto de madurez. ¿Han visto esa gente que se deja las medias a la hora del sexo? Yo una vez tuve sexo con Crocs puestos, y no me enorgullezco de ello; hoy solo los uso cuando estoy en casa porque no encuentro nada más cómodo, y entiendo que un zapato así solo se usa en la privacidad del hogar si tienes un pie herido, trabajas en el área de la salud o tienes ocho años. Y, salvo que sea expresidente de un país, nadie puede llegar a una reunión en Crocs y esperar ser tomado en serio.

«Si alguien es tan fanático de los Crocs como yo y tuvo su primer par antes de mayo 2006, que me avise. Podríamos reunirnos, intercambiar impresiones y, de paso, mandarle un DM a Uribe a ver si quiere acompañarnos. Eso si no nos ha bloqueado antes.
Los ama o los odia”.

Adolfo Zableh Durán
EL TIEMPO
(18 de agosto de 2018)

Fuente de la Noticia

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