Esas figuras son Hélio Menezes, Grada Kilomba, Manuel Borja-Villel y Diane Lima, respectivamente, y trabajarán de manera colaborativa y “descentralizada”, según anunció la bienal brasileña el martes. Por lo general, la Bienal de São Paulo está organizada por un equipo dirigido por un curador jefe, como es el caso de la mayoría de las otras bienales internacionales. Esta modalidad colectiva convocará a los organizadores a trabajar de una manera diferente.
Borja-Villel es director del Museo Reina Sofía de Madrid, donde ha recibido elogios por desarrollar un programa que ha agregado nuevas figuras a la historia del arte, al tiempo que evita el formato de exhibición de gran éxito que domina en muchos otros museos de su calibre. Antes de ocupar su cargo en Madrid, fue director del Museu d’Art Contemporani di Barcelona.
Kilomba es un artista cuya práctica basada en la investigación se ha ocupado de las secuelas del colonialismo. Su trabajo figuró anteriormente en la edición 2016 de la Bienal de São Paulo.
Lima es un curador independiente que recientemente organizó una retrospectiva de Paulo Nazareth que se inaugurará a fines de este mes en el espacio de arte Pivô de São Paulo. Actualmente forma parte del comité curatorial del Museu de Arte Contemporânea da Universidade de São Paulo.
Menezes trabajó durante tres años como curador de arte contemporáneo en el Centro Cultural São Paulo y llamó la atención como cocurador de «Historias afroatlánticas», una encuesta de 2018 sobre el arte y la trata transatlántica de esclavos que se estrenó en el Museu de Arte de São Paulo y llegará a la Galería Nacional de Arte en Washington, DC el próximo mes. Es conocido en São Paulo por elevar las perspectivas de los negros.