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big data, la vacuna contra el coronavirus

big data, la vacuna contra el coronavirus


Matías Travizano es un físico argentino con una empresa de datos capaz de descifrar tendencias en el comportamiento humano, y ahora lo aplica a la pandemia

Matías Travizano es un argentino de mente brillante instalado desde hace algunos años en San Francisco. De 40 años este físico de la UBA con maestría en Complexity Science obtenida en Estados Unidos ha deslumbrado a compañías como ATT y Sprint, con el poder de sus algoritmos, capaces de descifrar el comportamiento de sus clientes leyendo millones de datos almacenados en sus servidores. «Data es plata», decía Travizano. Coronavirus mediante, ahora está convencido que Data es salud.

En 2012 junto a Nicolás Goulu y Martín Minnoni fundó GranData con sede central en el Silicon Valley. Desde entonces se dedicaron a utilizar bases de datos anonimizadas y encriptadas de diversas industrias para comprender tendencias de mercado y predecir el comportamiento de los usuarios. Era una manera de agregar valor a la información de la gente.

Con la pasión que lo caracteriza y en plena pandemia está utilizando la inteligencia artificial para entender a las personas y a través de los celulares ayudar a que se pueda acudir velozmente en ayuda además de detectar movimientos en medio de la cuarentena. Otro de los genios de su compañía, Gustavo Ajzenman, a cargo del área de ingeniería de GranData, pudo verificar que en la primera semana de cuarentena la movilidad en la Argentina se redujo a la mitad. «Es un éxito importante», dice Travizano desde un San Francisco también en cuarentena.

Destaca que países con poderosas agencias de seguridad como Israel, China y Corea del Sur recurrieron a los celulares para controlar el cumplimento de la cuarentena. En lo que parece un mundo orwelliano, tanto en China como en Corea del Sur, extrajeron los datos a los individuos sin consentimiento. Travizano propone que el individuo los done, una diferencia que no es menor en cuanto a las libertades individuales aún en tiempos de pandemia.

Sobre si el uso de tales tecnologías puede generar conflictos con el derecho a la privacidad, el ejecutivo comenta que «sí, los hay. Por eso nosotros proponemos que sea el individuo quien autorice o que ponga a disposición de los gobiernos su historial de localización, lo que ayudaría a un diagnóstico veloz para saber dónde estuvo y a quiénes expuso. Es distinto a si es forzado a hacerlo. Los ciudadanos deben tener más conciencia de lo que se hace con sus datos, tienen derecho a saber qué se hace con ellos. En la asimetría de poder, el balance neto es disminución del poder del individuo Después de que su idea fuera incubada por NXTP Labs y de haber recibido financiación de los fondos de riesgo Ax Ventures y Streamlined Ventures, Travizano decidió hace ocho años establecer a GranData en San Francisco pensando que era el lugar ideal para conseguir capital para su expansión internacional».

Pero fue mucho más que eso para una firma que también tiene sede con 60 empleados en la Argentina.

Silicon Valley le permitió una red de contactos e información muy potente. Y alianzas que impulsaron su crecimiento como la que selló con investigadores del MIT (Massachusetts Institute of Technology) que le posibilitaron establecer contacto con la Fundación Gates. Lo recuerda de este modo: «Tuve una reunión de seis horas con Bill y Melinda Gates y su equipo, fue impresionante. Querían saber si podrían usar la información almacenada en las torres de telefonía móvil en África para analizar migraciones de personas y predecir posibles contagios de epidemias». Aquel fue su primer test para darse cuenta que la inteligencia artificial y la gran data se pueden usar para salvar vidas, indicó Clarín.



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