Cali, Colombia – Desconocer las normas en torno a nuestros derechos inherentes como seres humanos puede hacernos víctimas de un delito silencioso. Este es el caso de María del Mar*, una mujer venezolana que migró a Ecuador y Colombia en busca de un futuro mejor, solo para encontrarse atrapada en las redes de la trata de personas.
Nacida en Trujillo, Venezuela, María del Mar decidió abandonar su país en 2015 tras recibir amenazas de grupos afines al gobierno venezolano, debido a su activismo social y su afiliación al partido político Voluntad Popular. Con la esperanza de encontrar seguridad y prosperidad, se trasladó primero a Quito, Ecuador, donde un amigo la invitó a trabajar como cocinera. Sin embargo, este amigo le exigió parte de su salario como agradecimiento, una demanda que ella rechazó rotundamente.
“Yo me fui. No me pareció justo que tuviese la obligación de entregarle un pago que iba a recibir por mi esfuerzo y dedicación”, recordó María del Mar.
Tras dejar ese empleo, consiguió trabajo en un bar, pero el dueño le exigió retener sus documentos de identidad, lo que despertó en ella una sensación de peligro. Temiendo por su seguridad, decidió regresar a Venezuela.
En 2016, presionada por su familia, María del Mar volvió a migrar, esta vez a Colombia. Allí encontró trabajo en un supermercado en el Poblado Campestre, en Candelaria, Valle del Cauca. Trabajaba 15 horas al día, con solo una hora de descanso, y dormía en condiciones deplorables. Cuando solicitó su salario, la respuesta de su empleadora fue fría: “Agradezca que estos días le he dado comida”.
“De haber conocido mis derechos y lo que significa el delito de la trata de personas, así como sus riesgos, hubiese sido más cuidadosa antes de aceptar trabajar con personas que, en principio, parecían honradas”, reflexionó.
A pesar de las adversidades, María del Mar logró establecerse en el suroccidente colombiano. Emprendió un negocio de ropa talla plus para mujeres, lo que le permitió estabilizarse económicamente. Además, se unió a una fundación social donde se capacitó en la prevención de la trata de personas y las violencias basadas en género (VBG). Hoy, ayuda a otras mujeres que han sido víctimas de estos delitos.
La trata de personas es una forma de esclavitud moderna que puede tener muchas variantes, como la explotación sexual, el trabajo forzado, la esclavitud, la explotación infantil, y el tráfico de órganos. La retención de documentos es una de las estrategias más comunes que utilizan los tratantes para controlar a sus víctimas.
A partir del 30 de julio, la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Santiago de Cali, en alianza con el proyecto Integra de USAID y El País de Cali, lanzará una campaña de sensibilización para prevenir la trata de personas. La campaña incluirá acciones de comunicación para informar a la población sobre los riesgos y las rutas de atención disponibles para víctimas y potenciales víctimas de este delito.
La ruta de atención estará disponible para personas colombianas y migrantes, independientemente de su situación migratoria, y ofrecerá apoyo legal, jurídico y psicosocial.
María del Mar, cuyo nombre fue cambiado para proteger su identidad, es un ejemplo vivo de la lucha contra la trata de personas. Su historia destaca la importancia de conocer nuestros derechos y estar alerta ante posibles señales de este delito silencioso pero devastador.
*El nombre de María del Mar fue cambiado para garantizar su integridad.
