Redacción
La capital sudanesa, Jartum, estaba relativamente tranquila el sábado por la mañana cuando entró en vigor un alto el fuego de 24 horas negociado por Estados Unidos y Arabia Saudita, proporcionando una ventana para la asistencia humanitaria y dando al público un descanso de los intensos combates. El breve alto el fuego sigue a una serie de treguas violadas entre el ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), cuya lucha por el poder estalló en violencia hace ocho semanas, lo que provocó una crisis humanitaria.
Estados Unidos y Arabia Saudita dijeron que compartían la “frustración” por las violaciones en un comunicado que anunciaba la última tregua, y amenazaron con suspender las conversaciones, que han continuado indirectamente, si continúan los combates. Los combates que comenzaron el 15 de abril convirtieron el área metropolitana, que incluye a Jartum y sus ciudades hermanas Bahri y Omdurman, en una zona de guerra y provocaron conflictos en las regiones de Darfur y Kordofán en Sudán al oeste.
Antes del inicio de la tregua a las 6 am (0400 GMT), los residentes informaron que se dispararon misiles antiaéreos en el sur de Jartum y en el distrito de Sharg el-Nil al otro lado del Nilo, que también sufrió ataques aéreos. La lucha ha desplazado a más de 1,9 millones de personas, 200.000 o más de las cuales han cruzado la frontera hacia Egipto.
Los que han hecho el largo viaje se han quejado de las malas condiciones y los largos tiempos de espera. El sábado, dos personas que intentaban cruzar el cruce fronterizo de Ashkeit dijeron que había entrado en vigencia una nueva regla que exige que todos los sudaneses obtengan una visa antes de ingresar a Egipto.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto no respondió a una solicitud de comentarios sobre la decisión, que es una revocación de un acuerdo anterior entre los dos países que garantizaba la libre circulación de niños, mujeres y ancianos. “Pasamos dos noches en el territorio neutral y ahora nos están devolviendo”, dijo Sundus Abbas, un médico hablando con Reuters por teléfono desde los puntos de control de los países.
“Algunas personas se niegan a irse”, dijo.
MONITOREO SATELITAL
En la semana transcurrida desde que finalizó el último alto el fuego el 3 de junio, ha habido intensos combates, incluso alrededor de bases militares cruciales, y las RSF afirman haber tomado el control de un complejo de fabricación de armas en el sur de Jartum. El Departamento de Estado de EE. UU. dijo el viernes por la noche que estaba apoyando una plataforma llamada Observatorio de Conflictos de Sudán que publicaría los resultados del monitoreo satelital de los combates y los altos el fuego.
Un informe inicial del observatorio documentó la destrucción «generalizada y selectiva» de las instalaciones de agua, energía y telecomunicaciones. También documentó ocho ataques incendiarios «sistemáticos» que arrasaron aldeas en Darfur y varios ataques contra escuelas, mezquitas y otros edificios públicos en El Geneina, la ciudad más occidental del país, que ha sufrido feroces ataques de milicianos en medio de un apagón de telecomunicaciones.
Un sindicato de médicos de la ciudad la calificó de “pueblo fantasma” y alegó varios abusos contra los derechos humanos, incluido el bloqueo de la ciudad, la privación de agua a los civiles y el asesinato de ancianos. Los ciudadanos han dicho que algunos de los hombres que atacaron la ciudad vestían uniformes de las RSF.
Más de la mitad de la población de Sudán requerirá ayuda este año debido a los combates, dijo la ONU, ya que la mayoría de los hospitales en las áreas de conflicto han dejado de funcionar y los suministros de alimentos en muchas áreas están disminuyendo.
Los altos el fuego anteriores habían permitido cierto acceso humanitario, pero las agencias de ayuda informaron que los combates, el control burocrático y los saqueos seguían impidiendo el paso.
La agencia de asistencia médica MSF dijo el sábado que su personal había sido detenido por soldados de RSF y «obligado» a hacer una declaración que luego fue distribuida por las fuerzas. La lucha descarriló el lanzamiento de una transición hacia un gobierno civil cuatro años después de que un levantamiento popular derrocara al presidente Omar al-Bashir.
El ejército de Sudán y las RSF, una fuerza paralela que opera legalmente desde 2017, se pelearon por los planes para integrar sus tropas y reorganizar su cadena de mando como parte de la transición.
Actualización del conflicto de Sudán por la Sociedad de la Media Luna Roja de Sudán:
